En (SELFI) hay dos auténticos protagonistas: el visitante y la sala. Gracias a su iluminación orgánica, ésta se expone por primera vez ante el público en su integridad. También se duplica el espacio arquitectónico, sugiriendo que la nave se hace un selfi, un imaginario y grandioso autorretrato.
La instalación reflexiona sobre la autorrepresentación y nuestra capacidad para observarnos a nosotros mismos, dos cuestiones hoy más presentes que nunca en nuestra manera de expresarnos, de convivir y de comunicarnos con los demás gracias a la revolución de la cámara digital.
«La reciente aparición del selfi, además de visibilizar el narcisismo de nuestra sociedad, ha forjado un nuevo género fotográfico a caballo entre el autorretrato y la fotografía ‘conversacional’: ahora las imágenes actúan como mensajes fotográficos o como relatos visuales”, comenta la comisaria de la instalación, Carlota Álvarez Basso.
La obra de Darya von Berner, que invita a la interacción, ha supuesto una verdadera inmersión en una obra de arte público. En la instalación de luz, al fondo de la gran nave en penumbra, un foco central en el suelo atrae la atención de quien entra en la sala; tras caminar a lo largo de ésta y situarse bajo el foco, el visitante ve reflejada su imagen al fondo. Este es el momento en que puede tomar una foto de su reflejo en un gran espejo mural hasta entonces invisible, con objeto de poder contemplarse en el punto en el que confluyen todas las líneas de la sala en una perspectiva que podemos llamar renacentista. O, por el contrario, puede también realizar una autofoto con la que compartir esta experiencia con otras personas y generar una fotografía conversacional.
Von Berner es artista residente en Luxemburgo en el proyecto BeHave/Public Art Experience. En 2015 realizó instalaciones en el Amsterdam Light Festival, el Tschumipavijlion de Groningen (Holanda) y en Paisagem de luz (Bahía, Brasil).