Para esta retrospectiva, organizada por el Whitney Museum of American Art de Nueva York en colaboración con el Reina Sofía y el Mudam Luxembourg – Musée d’Art Moderne Grand-Duc Jean, se han reunido cerca de 200 obras –muchas de ellas pertenecientes a colecciones privadas estadounidenses– que muestran la pluralidad de estilos y medios empleados por Wojnarowicz (fotografía, pintura, música, cine, escultura, literatura, etc.) así como su relación con el contexto político, social y artístico de la ciudad de Nueva York de los años ochenta y principios de los noventa, marcado por el sida y las guerras culturales.
En su trabajo, la figura del marginado es el objeto de representación predilecto. Homosexual y seropositivo, se convirtió en un ardiente defensor de las personas enfermas de sida en una época en que muchos amigos y desconocidos morían ante la pasividad de la sociedad. Por otro lado, la obra de Wojnarowicz se puede enmarcar también en esa tradición de artistas iconoclastas, desde Walt Whitman a William S. Burroughs, que han analizado los mitos estadounidenses, sus repercusiones y su agresividad. Al igual que ellos aborda temas intemporales como el sexo, la espiritualidad, el amor y la pérdida.
East Village
Desde finales de la década de 1970 hasta su prematura muerte en 1992 debido a complicaciones relacionadas con el sida, Wojnarowicz realizó una obra conceptualmente rigurosa y estilísticamente diversa. Su trayectoria combina una amplia variedad de formas, medios y dispositivos, entre los que se encuentran el uso de la fotografía como herramienta narrativa; el recurso del collage como soporte para la crítica y el posicionamiento político, apoyándose en la pobreza del propio medio; la adopción de la pintura para explorar diferentes procedimientos alegóricos, o el empleo del fotomontaje y el texto con el objeto de abordar las políticas queer y de identidad que marcaron también su papel como activista.
Protagonista decisivo del efervescente entorno social y cultural que fue el East Village de Nueva York en los años ochenta, su trabajo es igualmente testigo del final de esa colectividad artística forjada en décadas anteriores y que se vio definida tanto por la precariedad económica de sus miembros como por su ánimo contestatario, colaborativo y experimental.