La Fundación ICO, Acción Cultural Española (AC/E) y la Embajada de España en Pekín han organizado la exposición De Picasso a Barceló. Escultura Española del siglo XX que, a través de casi un centenar de obras de artistas como Manolo Hugué, Julio González, Gargallo, Picasso, Juan Gris, Gaudí, Miró, Dalí, Oteiza, Chillida, Chirino, Tàpies, Susana Solano, Plensa, Juan Muñoz, Leiro o Barceló, muestra la evolución que la escultura española ha experimentado desde las primeras vanguardias hasta hoy y la relación entre dibujo y escultura a través del recorrido que hay desde que surge la idea hasta que se convierte en objeto tridimensional.
La exposición, realizada para favorecer el conocimiento entre España y China en el marco del 40 aniversario del establecimiento de las relaciones diplomáticas entre los dos países, está comisariada por la Fundación ICO y se podrá ver hasta el 30 de junio en el National Art Museum of China (NAMOC), uno de los museos más importantes de Pekín.
La reunión de 38 artistas
La Colección ICO de Escultura con Dibujo, compuesta por obras de pequeño formato realizadas a lo largo del siglo XX por 38 artistas, en su mayoría españoles, forma parte de los fondos del Museo ICO, junto con la Colección de Pintura Española Contemporánea o la Suite Vollard de Picasso y, desde hace 20 años, ha viajado por capitales de todo el mundo mostrando una parte fundamental de nuestra historia del arte. Cada escultura, además, se acompaña de uno o varios dibujos del mismo artista, en un guiño a la tradición clásica que considera al dibujo como origen de la obra de arte.
Se trata, no obstante, de obras de arte en sí mismas sin una relación directa con las esculturas a las que acompañan. Comenzando por el modernismo de Gaudí, pasamos a continuación a la reacción noucentista catalana, más pausada en Hugué y más radicalmente vanguardista en Gargallo, Julio González y Picasso, que fueron fundamentales para el desarrollo de la escultura en hierro en los años veinte y treinta del siglo XX.
Gargallo, Picasso y González se adentraron con su obra por una vía expresionista que enriqueció las dos únicas opciones exploradas hasta entonces: la orgánica y la abstracta. Así, Picasso, que con el cubismo ya había propiciado la llegada de lo geométrico-constructivo, a partir de 1925 hace que el concepto formalista de la vanguardia entre en crisis.
Surrealismo y constructivismo
El surrealismo está representado por Salvador Dalí y Joan Miró, dos de sus principales exponentes.
Entre el surrealismo y lo constructivo se movió Ángel Ferrant, principal referencia de lo que, tras la Guerra Civil española, se denominó el exilio interior, conformado por aquellos que, aun permaneciendo en España, pasaron al ostracismo. Jorge Oteiza, Eduardo Chillida, Antoni Tàpies, Pablo Palazuelo, Martín Chirino y Andreu Alfaro son algunos de los que, con su participación en grupos emblemáticos como Dau al Set, El Paso, Parpalló o el Equipo 57, mantuvieron viva la llama de la vanguardia en España.
Después de la transición
Pese a la diferencia de edad entre ellos, Susana Solano, Juan Muñoz y Jaume Plensa representan tres ejemplos de lo que ha sido la escultura española a partir de la década de los ochenta: constructiva, expresionista y conceptual. Conocido por la tridimensionalidad de su pintura, Miquel Barceló cierra la muestra con una escultura en bronce y un dibujo de algunos de sus característicos animales alegóricos.
El arte español del siglo XX estuvo marcado por la desbordante obra de Picasso. Solo Miró, Tápies, Chillida o Dalí consiguieron hacerse un hueco internacional junto al creador malagueño.