El Instituto Valenciano de Arte Moderno (IVAM, Valencia) [1] presenta la exposición De Picasso a Jeff Koons. El artista como joyero, una muestra que plantea la conexión entre la orfebrería y la creación artística a través de una selección de 220 joyas diseñadas por algunos de los más relevantes artistas de la segunda mitad del siglo XX y del XXI.
La muestra, que cuenta con piezas de autores como Picasso, Braque, Calder, de Chirico, Julio González, Jeff Koons, Man Ray, Plensa, Barceló o Louise Bourgeois, tiene como objetivo principal plantear, desde una perspectiva novedosa, la conexión entre la orfebrería y la creación artística.
Joyeros o artistas
Muy pocos artistas plásticos hicieron joyas antes del siglo XX. El escultor renacentista florentino Benvenuto Cellini fue una de las excepciones. En el siglo XVI creó su Perseo en Florencia, en la Piazza de la Signoria, con la habilidad de un orfebre. Mucho más tarde, algunos joyeros se consideraron artistas originales, tanto como artesanos. Fabergé convirtió definitivamente las joyas en arte pero él no era escultor, ni pintor.
La coincidencia entre la escultura y joyería de piezas individuales hechas a mano puede decirse que comienza con el modernismo catalán, un estilo que abarca todos las manifestaciones artísticas incluyendo la arquitectura, y cuyo máximo exponente fue el arquitecto Antonio Gaudí (1852 – 1926). Otro artista destacado es el escultor Julio González, cuya actividad como diseñador de joyería fue paralela a su carrera como el primer escultor en trabajar con hierro forjado. En la exposición se puede contemplar un collar de Julio González perteneciente a la colección del IVAM. Al mismo tiempo, en Austria, Gustav Klimt diseñaba su propia joyería, así como el artista húngaro Béla Voros.
Influencia Bauhaus
En Alemania, la Bauhaus amplió la gama de materiales empleados por los artistas para fabricar joyas. La artesanía fue considerada, por primera vez, casi en igualdad con las artes mayores y, por lo tanto, la línea entre ellas se borró hasta el punto de que pintores, escultores y arquitectos se sintieron cómodos haciendo objetos artesanales. La artista Anni Albers abrió el camino para trabajar con materiales de ‘desecho’. El profesor de Bauhaus Josef Albers, en 1941, hizo un broche con un filtro de sumidero de aluminio suspendido de clips de sujetar papel.
La influencia de la Bauhaus impregnó a artistas posteriores como Robert Rauschenberg, que utilizó chatarra para crear esculturas. Asimismo, el escultor italiano Alberto Giacometti hizo sus primeras joyas en 1935, que fueron el resultado de un intento fallido al diseñar botones para la diseñadora italiana Elsa Schiaparelli. Fundidos en bronce, fueron rechazados al ser demasiado pesados, por lo que los convirtió en colgantes y broches para sus amigos (Cocteau, etc).
En 1940, el artista lituano Jacques Lipchitz hizo una única pulsera de coral y plata semejante a un ábaco. Esta pieza pertenece a Diane Venet y forma parte de la exposición. Por otra parte, el escultor italiano Gino Severini, firmante del manifiesto de la pintura futurista (con Balla y Boccioni), disfrutaba realizando obras llenas de ritmo. Hizo un brazalete en 1940, único en su clase, que evoca la pulsera de un esclavo. También puede verse en el IVAM.
Picasso y las joyas
En Francia, en los años treinta, Pablo Picasso, cuando estaba enamorado de Dora Maar, recogió piedras y las pintó para ella. Posteriormente hizo lo mismo para Marie Thérese Walter y grabó su retrato en fragmentos de huesos y conchas encontradas en la playa. Ambas piezas podían lucirse eventualmente como collares o colgantes.
Ya en los años cincuenta y sesenta, Picasso encargó a François Hugo, nieto del escritor francés Víctor Hugo, que realizara una serie de platos y medallones en oro y plata a partir de modelos y diseños originales suyos. Estos objetos no son invenciones póstumas decoradas con motivos extraídos de diversas obras de Picasso. Cada uno de ellos fue seleccionado individualmente, diseñado y aprobado por el propio Picasso.
El éxito de Calder
Alexander Calder fue el primer artista capaz de traducir su estilo escultórico directamente. Realizó 1.800 piezas diferentes que se inspiraban en las esculturas africanas y en el arte de las vanguardias cuando vivía en el París de los años 20.
Fue, sin duda, el primer artista que alcanzó el éxito al hacer joyas a partir de la escultura moderna. A algunas les daba las formas de las iniciales de su amigos, como por ejemplo la espiral con las iniciales de plata OK, un regalo para Georgia O’Keefe que usaba regularmente para sujetar los vestidos kimono que se convirtieron en su uniforme. Calder también diseñó piezas móviles que se activaban con los movimientos del cuerpo del usuario. Sus creaciones pusieron de moda las joyas hechas por escultores que parecían miniaturas de sus obras tridimensionales.
Producción en masa
En lo que respecta a la promoción de la joyería de artistas es imprescindible citar a Gian Carlo Montebello, que dedicó muchos años de su vida, junto a su esposa Teresa Pomodoro, a este empeño. En 1967 se realizaban piezas en grandes series a un precio razonable pero la experiencia no resultó positiva de modo inmediato, los artistas no estaban listos para la producción en masa y por lo tanto, GEM Montebello, (este es el nombre que dio a su empresa) decidió producir ediciones limitadas, con todas las piezas firmadas y numeradas. A partir de este momento, los artistas se implicaron en el proyecto: los italianos Lucio Fontana y Piero Dorazio, el belga Pol Bury, el venezolano Jesús Rafael Soto, los artistas franceses César, Arman, Sonia Delaunay, posteriormente, Matta y Meret Oppenheim. La muestra incluye obra de todos ellos.
En París, en 1969, Montebello conoció a Man Ray. Y, a partir de un diseño del artista, surgió como primera de una larga serie, la edición de pendientes Pendentif pendant (pendiente colgante). A continuación realizó diversas series de objetos, en ediciones limitadas, como la famosa máscaraOptic Topic presente en la exposición.