El desvelo es un estado alterado de la conciencia que normalmente precede al sueño. Un momento que se caracteriza por un alto nivel de actividad sensorial que nos mantiene en un estado fronterizo entre la realidad y la ficción. Un momento de intimidad entre sombras, trazos, silencios y nuestro propio cuerpo. Este momento de alerta y ensoñación llamado vigilia también se refiere a una actividad colectiva que antecede a cierto evento especial o mágico.
La instalación Desvelo y traza propone al público participar de una experiencia sensorial íntima. El trabajo que propone Ramo para el programa de intervenciones site specific ‘Abierto x Obras’ está basado en un proyecto anterior, titulado Penumbra, que realizó para la Fundação Eva Klavin en Río de Janeiro. Una forma radicalmente nueva de percibir la antigua cámara frigorífica del Matadero de Legazpi en la que cada espectador construye una imagen que tiene que ver con lo que ve o no ve, pero sobre todo con su imaginario, con cómo su cerebro completa los trazos que aparecen dibujados en el espacio. Y, finalmente, con cómo relata o verbaliza su experiencia. Un proceso que recuerda, de alguna manera, a una caja oscura donde, como en el cine o en la fotografía analógica, la imagen se imprime poco a poco en el ojo.
El trabajo de Sara Ramo juega con la realidad de lo cotidiano y sus objetos para cambiar el sentido de los espacios a través de una mirada crítica, lúdica y experimental, permitiendo que suceda lo extraordinario. Ramo vive y trabaja entre Madrid y Brasil, una condición que marca la naturaleza de un trabajo que se ha podido ver en la 11 Bienal de Sharjah, en la novena Bienal de Mercosul o en la Bienal de Venecia, además de en exposiciones individuales en The Photographer’s Gallery de Londres, EAC de Montevideo o Fundaçao Eva Klabin de Río de Janeiro.