Todas estas obras muestran paisajes en transformación (ya sean naturales o no). Resbier capta el abanico de posibilidades que ofrecen estas temáticas y trabaja los óleos con matices diferentes: superponiendo imágenes, saturando los colores o centrándose en cómo la luz incide sobre la naturaleza o los espacios artificiales.
Así pues, el artista nos aproxima a otra manera de captar la realidad, acercándose a la imagen ya sea a partir de fotografías, vídeos o de visiones imaginarias, mostrando cómo ha cambiado nuestra manera de contemplar el mundo debido a la tecnología, puesto que sus obras tienen mucho que ver con la fotografía, la imagen digital y el mundo del cine. Sus pinturas desenfocadas debido a las veladuras y un trazo sin prejuicios, la saturación del color y la distorsión de las formas respecto al modelo reflejan otras percepciones, donde la luz o su carencia guía la composición y acontece definitivamente protagonista.