Para el director del Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana y director del Centre del Carme, José Luis Pérez Pont, “el arte como catalizador de sentimientos también puede expresar rabia, inconformismo o lucha. Bellot nos presenta una muestra en la que, además de alertar sobre el problema de la desinformación, ante el exceso de mensajes al que estamos sometidos a diario, intenta hacerse oír”.
Para el artista, “cuando creces escuchando música punk de los años 80 como Agotados de esperar el fin de Los Ilegales tu visión del mundo va a ser muy diferente”. Bellot reconoce que ha hecho por fin la exposición que quería. Tras 15 años de trayectoria profesional, en los que ha obtenido distintos premios y expuesto en diferentes ciudades, el pintor abandona el lienzo y lo sustituye por un coche quemado y el pincel por una piedra “del fin del mundo”. Para él, la comunicación en el mundo contemporáneo se ha roto y el mensaje ha sido sustituido por “actos de comunicación” para hacerse oír.
Pablo Bellot lleva cuatro años trabajando en esta investigación de la que han surgido ya 22 “actos de comunicación”. De ellos, el Centre del Carme exhibe los ocho últimos.
Esta muestra es la segunda de las seleccionadas dentro de la primera convocatoria Escletxes de producción y apoyo a la investigación [1].
Al hilo de la exposición, el próximo 8 de diciembre el Centre del Carme acogerá un concierto del grupo valenciano de post-punk Alfa Estilo.
Entre la velocidad y la saturación
El individuo, que vive inmerso en la era de la comunicación y la información, paradójicamente es incapaz de comunicar al estar sometido a un estado de imposibilidad de ser, de queja, de reivindicación, de desahogo, de deseo. El mensaje se diluye entre la velocidad actual y la saturación que impide vivir el presente, existiendo en un eterno pasado desde el que no se vislumbra futuro.
El individuo está abocado a utilizar el acto como mensaje, solo queda el grito y el puñetazo en la mesa como medio de expresión. El acto desde un punto de vista punk y subversivo que declare sus intenciones, sentimientos y miedos en una sociedad inestable e imposible de presentir. Entonces solo hay un último acto de comunicación desesperado cuando el diálogo ya no es efectivo y solo se pretende advertir para poder continuar, por un pensamiento libre y una comunicación real. Codificar y descodificar el medio con el que mandar un mensaje es una constante, comunicaciones desesperadas, alteradas, agresivas e incompletas que muestran y satirizan el fracaso del propio proceso de comunicación. Señales de humo, el sonido de una piedra, vibraciones, el morse lumínico o el humo de salvamento marítimo…
Pablo Bellot y José Luis Pérez Pont.