Como recuerda la comisaria, «El baile de la vida, sin ser una exposición sitespecific, reafirma la voluntad de Gómez por trabajar en el espacio real. La vinculación de sus obras con los espacios expositivos produce una interrelación que añade significados a las posibles interpretaciones. Quiero decir que las coordenadas del entorno inmediato se suman y buscan una complicidad semántica que renueva y reinventa sus propias obras». Dicho en palabras de la artista: «La muestra propone con cada obra un ejercicio vivencial y de recorrido hacia esta idea de ecología emocional. Y en este recorrido hay unas posibles propuestas de movimiento interno».
Gómez estudió Bellas Artes en Barcelona. Su exposición en la Fundació Miró de Barcelona de 1993 supuso el inicio de una trayectoria muy destacada. En 1995 se integró en el Salón de los 16 y su obra pudo verse en la Whitechapel de Londres, a la que siguieron numerosas exposiciones dentro y fuera de España. En 1999-2000 realiza su primera exposición en el IVAM, comisariada por Enrique Juncosa, en la que se percibía su clara adscripción a los lenguajes internacionales, posminimalistas y posconceptuales, exploradores y analíticos del proceso creador y su plasticidad a través de la relación entre obra y espacio.
Forma y materiales
Desde sus comienzos, su obra ha sido muy distinta en términos de forma y de materiales utilizados, incluyendo esculturas, pinturas, dibujos, instalaciones, fotografías, vídeos y performance, además de lo que se puede llamar varias formas híbridas de su invención. Actualmente se ha centrado en algo que se puede describir como escultura –un tipo de escultura de nuevo antiformalista, y realizada a partir de materiales encontrados, a veces de muy gran tamaño, manipulados de distintas formas– además de, y éste es un aspecto del todo nuevo en su trabajo, en actividades participativas de cariz terapéutico.
Para Elena Ruiz, «sus nuevas esculturas son algo así como escenarios teatrales, instalaciones de varios elementos que precisan la complicidad de espectador. Se propone una nueva forma de ver y mirar sus obras mediante acciones concretas a propuesta de la artista. Y se comprueba así su interés reciente por psicoterapias alternativas, en especial por las llamadas constelaciones familiares».
La muestra, organizada por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, pudo verse en las salas del Museu d’Art Contemporani d’Eivissa (MACE) hasta el pasado 20 de junio. El proyecto ha sido revisado y adaptado para su exposición en el espacio Estudios de Tabacalera, donde permanecerá abierta al público hasta el 3 de septiembre de 2017.