¿Estamos subordinados al mundo natural? ¿Formamos parte o ejercemos pleno dominio sobre él? ¿Es nuestra relación con la naturaleza espiritual o puramente material? ¿Qué distingue a la naturaleza de la cultura? Las finlandesas Kovalainen y Seppo responden a estas cuestiones en esta muestra estructurada en tres amplios apartados.
El primero de ellos, La isla de los espíritus, parte de la base de un viaje que Kovalainen y Seppo realizaron en 2009 a la isla japonesa de Shikoku, la menor de las cuatro islas principales de Japón, invitadas por la artista japonesa Reiko Nireki. Inspiradas en el hecho de que el 64% de Japón y el 72% de Finlandia están cubiertos de bosques, muestran su patrimonio forestal, el influjo sintoísta y a la gente de Shikoku describiendo su relación con la naturaleza.
Protección de bosques
En Suave se mece el viejo pino se muestra el bosque virgen finlandés, un complejo sistema ecológico que ha evolucionado a lo largo de milenios, ubicado en áreas remotas de las regiones septentrional y oriental del país. Fotografías dedicadas a un proyecto de protección de los bosques que obtuvo, como uno de sus resultados más destacados, el que el ministro finlandés de Medio Ambiente pusiera en marcha una resolución sobre la protección de las cerca de 14.000 hectáreas de tierras forestales privadas.
Finalmente, en Procedimientos de silvicultura, Sanni y Ritva arrojan luz sobre el impacto que la industria tiene sobre los bosques, incluyendo fotografías panorámicas de gente que ha perdido un bosque importante. Otras, dedicadas a las medidas de gestión forestal, ilustran su panorama actual y cómo se perciben sus consecuencias.
La exposición, que constituye una llamada de atención sobre la importancia cultural y espiritual de los bosques, queda completada con los documentales El final del arcoiris y Voces del bosque.