Pueyo es uno de los siete elegidos para mostrar su obra en Bilbao Arte. La muestra incluye una serie de retratos audiovisuales sobre 10 personas cercanas que aportan felicidad a su vida y que, según el autor, «no deberían morir nunca». El título, que forma parte de la muestra en forma de rótulo de neón, invita al público a reflexionar sobre las personas que no quieren ver morir, y hace referencia a una anécdota de Groucho Marx, cuando una pareja de mayores le pidió que no se muriera nunca.
Los retratos se proyectan en bucle gracias a proyectores de cine analógico con los que el artista ha intentado alejarse del mundo digital para hacer algo artesanal. La exposición constituye una reflexión sobre el tipo de relaciones que se establecen con las personas de alrededor y de cómo estas influyen en la felicidad de cada uno y en su desarrollo personal. La obra habla de amor y de muerte, la muerte como conclusión de la vida, pero fundamentalmente como finalización del amor.
El visitante se encuentra al final del recorrido con un autorretrato del artista que está condenado a desaparecer. Titulado Hacia la desaparición, gotas de lejía caen periódica y constantemente sobre su retrato, de modo que a medida que pase el tiempo la lejía estropeará los fotogramas, hasta que al final queden totalmente transparentes.
Artista interdisciplinar
Jesús Pueyo es un artista interdisciplinar que desarrolla su trabajo desde comienzos de los 90, materializando sus propuestas en diferentes formatos: cine, vídeo creación, espectáculos teatrales y multimedia, performance, instalación… Entre sus trabajos destacan: Sonic Trash, vídeo musical (2012), El vídeo-diario de Jess, largometraje experimental, o Incógnitas, y la exposición colectiva en el Guggenheim Bilbao (2007).