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El discurso universal de Belkis Ayón

La colografía es una técnica de grabado poco usual, basada en matrices construidas a modo de collages, que Ayón desarrolló hasta generar un lenguaje único caracterizado por una gran riqueza de matices y texturas difíciles de obtener por cualquier otro medio. La muestra incide también en su minucioso proceso de trabajo, exhibiendo numerosas matrices, la mayoría inéditas.

Gran parte de la obra de la artista se centra en su reinterpretación de la iconografía Abakuá, una sociedad secreta afrocubana de cuyo universo simbólico se apropia para resignificarlo como si de una cita posmoderna se tratara. Original de la región del Calabar (actual Nigeria) y llevada a Cuba por los esclavos a principios del siglo XIX, esta hermandad fue creada por hombres y para hombres, y estigmatizó y segregó a la mujer.

Colografías aborda la trayectoria de la artista desde sus primeras experiencias con el mito Abakuá, como imaginario que le acompaña desde la presentación de su tesis en la Academia Nacional de Bellas Artes San Alejandro de La Habana en 1988, hasta las series de marcado carácter escenográfico y obras de gran formato que representan multitud de personajes y transitan un complejo universo visual y simbólico que sincretiza la mitología y el ritual africano con los principales elementos iconográficos de la religión católica.

Entre medias se ve la transición de sus grabados al blanco y negro en los años 90 como vehículo de expresión más adecuado para expresar el drama existencial que trasluce su obra y en los que aborda los temas acuciantes de esa época. Ayón alcanzó su madurez como artista en un momento de profunda crisis en Cuba, provocada por el colapso del socialismo.

Lenguaje singular

Durante toda su trayectoria, el ritual y las creencias Abakuá le sirven a la artista para crear un lenguaje singular que expresa cuestiones éticas, estéticas e ideológicas universales. Ayón estudió todas las fuentes bibliográficas y testimoniales asequibles, pero lo hizo desde su condición de espectadora atea. Dotó a la leyenda Abakuá –de transmisión básicamente oral– de una iconografía sobrecogedora e interpretó el mito desde su perspectiva de artista contemporánea, negra y cubana.

La representación de personajes centrales en ese sistema de creencias, como la diosa Sikán, sacrificada por los hombres de su comunidad y considerada alter ego de la artista, trasciende el enfoque etnoidentitario o de género para abordar un universo complejo de relaciones y conflictos tales como el arrepentimiento, la salvación, el miedo o la necesidad de trascender en la memoria colectiva.

Sus primeras obras sobre el tema Abakuá datan de 1985, cuando la artista aún cursaba tercero de grabado en San Alejandro. La mayoría de las obras de este período fueron realizadas en color y siguen formatos y técnicas que respondían a las demandas académicas –litografía, xilografía, linóleo y colografía. Se trata de composiciones geométricas que, con gran economía de medios, traducen visualmente las lecturas de la artista sobre Abakuá.

A finales de la década de 1990 –también de su vida, se suicidó con solo 32 años–, Ayón elude el habitual repertorio abakuá dando paso a imágenes autorreferenciales asociadas a experiencias personales. Historias de amor desgarradoras, propias de la canción popular, conforman el trasunto de piezas como la serie My Vernicle (referida al paño de la Verónica, personaje bíblico que acompañó a Cristo en el vía crucis) que la artista matizó en títulos extraídos de vallenatos (canciones populares colombianas) en referencia a emociones a las que se enfrentaba en esos años. Como lo hizo Sikán en la leyenda, iguales conflictos y sufrimientos sugeridos ahora por los títulos de sus obras: traición, agonía, soledad, pérdida de afectos, profundos miedos, desasosiego, acoso y la angustia por encontrar una salida.

Hoja de sala: Belkis Ayón. Colografías [1]

Discurso universal

Considerada uno de los máximos exponentes del grabado contemporáneo internacional de la década de 1990, Belkis Ayón alcanzó su madurez artística durante la profunda crisis económica, social e ideológica de Cuba provocada por el colapso del socialismo en Europa. Formada en el Instituto Superior de Arte de La Habana (ISA) entre 1986 y 1991, destaca por la maestría de sus colografías de gran formato —mediante el ensamblaje de múltiples secciones impresas— y de marcado carácter escenográfico y gran complejidad compositiva. A través de ellas, Ayón construyó un discurso universal contra la marginalidad, la frustración, el miedo, la censura, la intolerancia, la violencia, la impotencia y la falta de libertad.

El trabajo de Ayón, nunca mostrado en Europa, sí ha sido expuesto en diversos museos en Estados Unidos, entre los que destacan el Museo del Barrio de Nueva York (2017), el Fowler Museum de UCLA en Los Ángeles (2017) o el Station Museum of Contemporary Art de Houston (2018).