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El Donizetti más divertido


Esta ópera, estrenada en Nápoles en 1827, pertenece al primer período de la prolífica carrera de Donizetti y durante mucho tiempo permaneció olvidada. Su título, tan serio como poco atractivo, en nada sugiere la trama burlesca del libreto, la ironía del texto y la habilidad del bergamasco para burlarse de los cánones de la ópera seria y de la ópera bufa, ­que entrelaza magistralmente,­ y para caricaturizar los personajes y situaciones, con chispa, agudeza y economía de medios.

El título Viva la Mamma remite inmediatamente al eje de la trama jocosa de la ópera, en la que el personaje más histriónico es una matriarca -­¡interpretada por un barítono!-­ que no se conforma con que su hija cantante sea la seconda donna de la ópera. Y mientras lucha, con todas sus malas artes, para otorgarle el protagonismo de una prima donna, aspira ella misma a tenerlo, a cualquier precio, peleándose por la interpretación de un papel a su medida.

Excesos y tiranía

Las conveniencias e inconveniencias teatrales es, pues, una crítica a los excesos y tiranía de los divos, sus mezquindades y luchas de poder; una parodia sobre las jerarquías en el seno de las producciones operísticas, con los creadores -compositor y libretista- subordinados a los caprichos de los cantantes, disposiciones de los empresarios y arbitrariedades del público.

En el género cómico, la ópera que se mira al espejo y se ríe de su propio mundo ha ocupado un importante lugar, como pasaría posteriormente con los musicales y en un ingente número de películas de Hollywood, que han contado los sueños, desengaños, ambiciones y espejismos del mundo del celuloide y del papel cuché.

Viva la Mamma. © Stofleth.

Viva la Mamma. © Stofleth.

Es precisamente ese universo centelleante de Broadway y de la fiebre modernizadora de los años 50 el que sirve de inspiración a la producción creada por Laurent Pelly (París, 1962), gran animador de la comedia donizettiana, que también firma el vestuario­, con escenografía de Chantal Thomas e iluminación de Joël Adam.

«Siento una gran admiración por esta obra», explica Pelly. «Es una gran farsa, una comedia muy divertida pero, como en toda comedia, detrás hay también mucha tristeza. Los personajes, es verdad, son ridículos, patéticos, pero cada uno tiene su parte dramática. Todos ellos son mediocres pero quisieran ser los mejores y eso nos llega. Son horrorosos, pero al mismo tiempo inspiran mucha ternura».

Salto en el tiempo

Concebida como un flash-back, la trama se desarrolla en un aparcamiento construido en un espacio ­para siempre mágico­ que antes había ocupado un teatro de provincias, demolido sin contemplaciones. Por este teatro dentro de un teatro desfilan los arrebatadores y excesivos personajes que antes brillaron en su escenario, como espectros henchidos de ternura y poesía con la pátina del tiempo.

Un universo con claras reminiscencias del teatro de variedades y del célebre musical Follies, de Stephen Sondheim, que disfraza la autocrítica de diversión, la burla, de reflexión, siempre con una pizca de melancolía en la evocación de un pasado de luces y purpurina que la pandemia ha alejado todavía más, como recuerda Joan Matabosch en el programa de mano.

– En torno a Viva la Mamma se han organizado diversas actividades [1] en el Teatro Real, Sala Berlanga, Museo del Romanticismo y Biblioteca Regional de Madrid.

Genio en ingenio

Viva la Mamma. © Stofleth.

Viva la Mamma. © Stofleth.

Laurent Pelly, que en el Real ha dirigido La fille du régiment (2014), Hänsel und Gretel (2015), El gallo de oro (2017) y Falstaff (2019), vuelve con otro título lleno de humor en el que muestra una vez más su genio e ingenio en el tratamiento de la comedia y en la dirección de actores.

El turinés Evelino Pidò (1953), que dirige por primera vez esta ópera, estará al frente nuevamente del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real, que ya dirigió en La Gioconda (2007) e I puritani (2016). Tres de las 11 funciones estarán dirigidas por José Miguel Pérez Sierra, director musical del reciente Don Fernando el Emplazado.

Un doble reparto dará vida a los grotescos personajes de Donizetti, en el que destacan Carlos Álvarez y Luis Cansino, Nino Machaidze y Sabina Puértolas, Xabier Anduaga y Alejandro del Cerro, Borja Quiza y Gabriel Bermúdez, Sylvia Schwartz y Francesca Sassu, secundados por Pietro di Bianco, Enric Martínez-Castignani, Piotr Micinski y Luis López Navarro.