La muestra exhibe un total de 18 obras de 15 artistas de las colecciones del MUSAC y de Arte Contemporáneo de la Junta de Castilla y León –Babi Badalov, Agustín Casillas, Sebastián Gordín, Chus Gutiérrez, Diango Hernández, Isaac Julien, Leonilson, Rogelio López Cuenca, Ángel Marcos, Shirin Neshat, Thomas Ruff, Eloísa Sanz, Hiraki Sawa, Do-Ho Suh, Isidro Tascón y Darío Villalba– y se articula a través de tres líneas argumentales que no necesariamente se reflejan en su distribución en el espacio, ya que todas las obras son susceptibles de lecturas más amplias que permiten al espectador compartir sus impresiones sobre el desarraigo.
La primera línea hace referencia a las expectativas, la ilusión, el sueño de bonanza y seguridad que motiva la salida, salvar la vida, el anhelo del fin de las dificultades, el respeto a las ideas, la tolerancia a la diferencia, la integración… el canto de sirena de las sociedades más prósperas. Una segunda línea argumental aborda la añoranza, la necesidad de arraigo y el anhelo de lo abandonado, la perenne sensación de no pertenencia a ninguno de los dos hogares que se desarrolla una vez asentados en la nueva tierra; bien porque se constata que el sueño no era tal, o bien porque la imposibilidad (o la falta real de deseo) del retorno magnifica la bondad de lo dejado atrás.
El último apartado hace referencia al exilio como condición, entendido como un ostracismo usado como castigo al otro, al diferente, al que no piensa igual, al que es de otra manera, al que se expresa y su expresión es minoritaria, al que va a contracorriente… a todo aquel que se opone al pensamiento único sea éste cualquiera que sea.
245 millones de migrantes
Según la Organización Internacional de Migraciones (OIM), en 1965 había 75 millones de migrantes en el mundo, cifra que en el año 2002 había aumentado a 175 millones. En la actualidad esta cifra se ha disparado hasta los 245 millones y se prevé que siga aumentando debido a que las variables que determinan la movilidad humana (diferencias económicas, hambre, opresión totalitaria, xenofobia, represión, guerras de diversa índole…) tenderán a consolidarse o, peor aún, intensificarse. Este mismo organismo señala que en el año 2050 el número de migrantes internacionales superará los 400 millones.