Coorganizada con Acción Cultural Española (AC/E) y patrocinada por la Fundación BBVA, la exposición El Greco y la pintura moderna está formada por 105 obras, 25 del maestro cretense y las restantes de Manet, Cézanne, Picasso, Chagall, Modigliani, Kokoschka, Pollock y Saura, entre otros destacados artistas. Los trabajos de estos pintores modernos, junto con 13 libros e impresos, ponen de manifiesto la complejidad y la riqueza que tuvo la influencia del griego de Toledo en un periodo de transformaciones radicales de la pintura.
A través de estas publicaciones se muestra al visitante cómo los artistas de la modernidad redescubrieron la obra del Greco, y entre ellas hay libros de Manuel Bartolomé Cossío, August Mayer, Julius Meier-Grefe y Maurice Barrès.
De Cézanne a Picasso
La muestra traza un recorrido a través de ocho ámbitos. El primero de ellos, titulado La modernidad de la pintura. De Manet a Cézanne, refleja el interés de los pintores españoles decimonónicos por su obra. La selección de artistas comienza con Mariano Fortuny, de cuyo autor está presente la acuarela La Trinidad, y Ricardo Madrazo, autor de copias como la de Caballero anciano. Pero la fascinación por el pintor alcanzó también a artistas norteamericanos como Chase y a franceses como Manet y Cézanne. Este último influenció decisivamente, junto con el Greco, en el cubismo y el expresionismo.
El segundo ámbito está dedicado a Picasso y el cubismo y en él se analizan obras del artista malagueño de su período azul influenciadas por el Greco, y el papel que tuvo el pintor cretense en el nacimiento del cubismo, ya que algunos de los artistas posteriores que se fijaron en la obra de Picasso se inspiraron a su vez en el Greco, como son Derain, Modigliani y los cubistas checos Emil Filla y Procházka.
Zuloaga y Sorolla componen el tercer sector, en el que se evidencia la valoración del Greco entre los artistas españoles a partir de la década de 1890. El siguiente apartado, titulado El orfismo y su influencia, se centra en este movimiento artístico derivado del cubismo, ya que su creador, Delaunay, se inspiró en San Sebastián para realizar su obra Gitano.
Asimilación
El expresionismo germánico también redescubrió el trabajo del Greco. Artistas austriacos como Schiele y Kokoschka, y alemanes como Macke, Beckmann, Hofer y Steinhardt recibieron la influencia de una importante versión del Expolio, propiedad de la Alte Pinakothek de Múnich, y del Laocoonte.
El ámbito sexto se ha titulado La visión de Toledo y el Greco por otros expresionismos y en él se reúnen ejemplos de la asimilación de la pintura del griego en obras como Hombre rezando de Soutine o Visión de Chagall. Los paisajes del artista también aparecen en esta sección como punto de referencia para composiciones de pintores como Rivera, Zuloaga, Bomberg y Masson.
El apartado siete, América, presenta al Greco como modelo y referencia para los pintores norteamericanos del siglo XX, que vieron en el artista cretense un ejemplo estimulante por haberse formado en diferentes culturas artísticas. En México interesó a los grandes pintores muralistas como Diego Rivera y Orozco, y en EE. UU. a Pollock, influido por su maestro Benton.
Finalmente, la muestra concluye con Figuraciones posteriores a la II Guerra Mundial, un apartado que recoge obras angustiosamente expresivas de Bomberg, Bacon, Giacometti y Antonio Saura, algunos de los cuales realizaron homenajes explícitos al artista. Además se incluyen obras de la etapa final de Picasso.
El Greco en El Prado
El Museo del Prado posee una de las colecciones más importantes del pintor, entre ellas dos obras realizadas en Italia, La Anunciación y La Huida a Egipto, y más de treinta ejecutadas en España. Entre éstas últimas cabe destacar el Caballero de la mano en el pecho, La Trinidad del retablo de Santo Domingo el Antiguo de Toledo, o los cinco grandes lienzos del Retablo del Colegio de Doña María de Aragón.
Para la organización de esta exposición se ha realizado un catálogo compuesto por tres ensayos generales escritos por Javier Barón, comisario de la muestra; Leticia Ruiz, jefa del Departamento de Pintura Española del Museo del Prado; y Pedro José Martínez Plaza, ayudante de conservación del Departamento de Pintura del siglo XIX. Además incluye otros cuatro textos que agrupan las grandes secciones que articulan la exposición.