Cuando escribió El policía de las ratas, un relato breve que aparece en el recopilatorio El gaucho insufrible, Bolaño se inspiró en Josefina la cantora o el pueblo de los ratones de Kafka. Los roedores viven juntos, no saben de arte, solo necesitan trabajar día a día para olvidar sus vidas individuales. Pero hay veces que nace una rata artista, de la que sus congéneres se compadecen porque saben que su destino es la soledad.
Álex Rigola, lector apasionado del escritor chileno, versiona y dirige esta obra de teatro literaria. Se trata de un thriller que cuenta con una narración poética en la que las ratas, unos animales que han estado aislados y muy mal vistos socialmente, se encuentran humanizadas. La adaptación al teatro de la obra de Bolaño ha tenido un cambio mínimo -según confirma Rigola «sólo hay añadidas dos frases»-, por lo tanto, está más cerca de la lectura que del espectáculo.
Reflejo de la sociedad
El protagonista, Pepe El Tira, es sobrino de Josefina, la rata reina. Pepe es policía, porque es un oficio solitario que le permite recorrer las alcantarillas y los lugares subterráneos. En uno de esos recorridos descubre un cadáver que no parece ser víctima de un depredador y decide investigar el caso. Durante meses se encontrará con otras muertes y mientras persigue al asesino por las cloacas irá relatando las vidas de sus paisanos, todo ello bajo la máxima de que ‘las ratas no matan ratas’.
El policía de las ratas es un cuento que rinde homenaje, pone en cuestión y finalmente supera en tensión dramática al relato de Kafka. Una historia dura y cruel sobre el mundo bajo las alcantarillas como reflejo de la sociedad actual, en la que se presta más atención a la masa y se olvida del individuo. Todo ello bajo una narración literaria impecable, a pesar de la aparente simplicidad del texto y de la propuesta escénica, y la construcción de unos personajes de gran calidad, a quieres dan vida Joan Carreras y Andreu Benito.