La muestra reúne cerca de un centenar de fotografías de 65 fotoperiodistas de la agencia, acompañadas de sus correspondientes hojas de contacto, y una treintena de libros y revistas que ayudan a situar cada imagen en su contexto.
Así, el visitante puede adentrarse en el proceso de creación de estas fotografías, además de ser testigo de momentos históricos clave del periodo que va de 1930 a 2010, del Desembarco de Normandía a la caída de las Torres Gemelas de Nueva York, pasando por conflictos como el de Vietnam o los Balcanes.
Entre sus autores se encuentran nombres tan importantes en la historia del fotoperiodismo como Robert Capa, Henri Cartier-Bresson, David ‘Chim’ Seymour, Werner Bischof, Marc Riboud, Eve Arnold, René Burri, Jim Goldberg, Susan Meiselas, Hiroji Kubota, Steve McCurry, Jean Gaumy, Paolo Pellegrin o Cristina García Rodero.
El itinerario de la exposición, cuyo diseño evoca un gran cuarto de revelado, está organizado de manera cronológica. Las primeras imágenes y hojas de contacto son de los pioneros Capa, Cartier-Bresson, ‘Chim’ Seymour y George Rodger, todos ellos fundadores de Magnum Photos junto a William Vandivert. La agencia nació con el objetivo de ser independiente de las grandes empresas periodísticas y asegurar que sus fotógrafos tuvieran autonomía total y el control absoluto de los derechos de autor. Magnum Photos pronto se convirtió en la agencia más importante del mundo y sus postulados (un enfoque más humano, directo e imaginativo, alejado de toda representación artificial y escenificada de la realidad) siguen estando plenamente vigentes.
Auge y caída
El auge del periodismo fotográfico se haría más notorio en los años 50 y 60 del siglo XX, momento en el que las hojas de contacto tienen un protagonismo enorme al ser la herramienta fundamental en la relación entre fotógrafos, editores y revistas. De esta época, en la muestra se presentan imágenes de autores tan destacados como Marc Riboud, Erich Lessing, Inge Morath, Eve Arnold, René Burri o Bruno Barbey.
Por su parte, los fotógrafos de los 70 y 80 destacan por el desarrollo de una visión cada vez más personal, al mismo tiempo que Magnum va alternando su línea de cobertura de los grandes conflictos que asolan el mundo con otros aspectos, como la fotografía de calle, de moda o la documentación social con un tono humorístico. De estos años están representados Susan Meiselas, Alex Webb, Abbas, Steve McCurry, Jean Gaumy o Ferdinando Scianna, entre otros.
En los 90, las imágenes se vuelven más abiertas y experimentales en cuanto a formato, intención y enfoque, tal como demuestran las obras de autores como Eli Reed, Chien-Chi Chang y Bruce Gilden. En la primera década del siglo XXI, la fotografía digital empezaba a imponerse y, por tanto, las hojas de contacto pasan a convertirse en una reliquia del pasado que aún pervive en el trabajo de algunos fotoperiodistas, caso de Trent Parke, Paolo Pellegrin, Thomas Hoepker, Alec Soth o Cristina García Rodero.
Herramienta oculta
Las hojas de contactos son la primera impresión de los negativos y aportan una valiosísima información tanto para los fotógrafos como para los editores gráficos a la hora de evaluar el proceso de creación de las imágenes y elegir las mejores. Suponen una especie de bloc de notas a través del cual se pueden documentar los pasos realizados al captar una foto, tomar nota de los errores o seleccionar los disparos afortunados, marcando ese momento decisivo en la hoja, a menudo incluso mucho después de que la foto sea captada.
Al reflejar todo lo que rodea a una toma, la observación de las hojas de contacto es la mejor forma de adentrarse en la creación de una fotografía y analizar las claves que llevan a muchas de ellas a trascender su función informativa para convertirse en imágenes icónicas. Asimismo, las hojas de contacto (hoy relegadas a un uso residual tras la imposición de la fotografía digital) son el mejor exponente de la época dorada del periodismo gráfico, cuando eran el nexo de unión entre el fotógrafo, el editor, la agencia y las publicaciones.