Todas estas obras, directa o indirectamente, poseen una dimensión temporal, como objetivo primero o al servicio de presupuestos e intereses de índole diversa. Y todas han adquirido una temporalidad nueva, la de un sistema abstracto con el que la coleccionista organiza su mundo, y donde funcionan como índices de momentos y experiencias que ligan el tiempo de Helga de Alvear al de cada obra.
Formas de representación
Las nuevas directrices de movilidad, velocidad e instantaneidad impuestas por los modos de vida contemporáneos han modificado nuestra percepción del tiempo. Ante la necesidad de revisar su representación, los artistas, situados en un ‘fuera de tiempo’ de los acontecimientos, de los medios y del ‘aquí y ahora’ dominantes, se han refugiado en una concepción del tiempo como construcción del ser y en su experimentación poética o política para alcanzar un tiempo redimido en la heterocronía.
Complejo en sus manifestaciones, huidizo en su captación, el tiempo ha pasado a ser una creación abierta que se revela como estructura carente de ella, como integración de variables simbólicas, emocionales o políticas que le permiten manifestarse en sus múltiples pliegues, bifurcaciones y densidades y en todas sus dimensiones.
El resultado es una gran pluralidad de formas de representación con ecos de las infinitas percepciones del tiempo experimentado, rememorado o proyectado, que encuentran igual diversidad en el acto de lectura. El espectador será ahora el encargado principal de reactivar los estratos de tiempo acurrucados en la imagen.
Presupuestos de partida
Ante la complejidad con la que la representación del tiempo se manifiesta, la comisaria de la exposición, María Jesús Ávila (Valencia de Alcántara, Cáceres, 1966), ha seleccionado algunos presupuestos de partida que resultan en una organización en cuatro núcleos:
El presente del artista, materia prima. La experiencia del presente del artista y su complejidad duracional se concibe como vía para revalorizar el tiempo homogéneo de lo cotidiano y transformarlo en un acontecimiento único en sí mismo o se entiende como el tiempo de lo frágil, de lo desechable. En cualquier caso, el artista opera a través de una lectura crítica de las estructuras sociales y económicas contemporáneas y de su repercusión en nuestra experiencia del tiempo y en la durabilidad de los objetos.
Invocaciones. La invocación se vale de la potencia icónica de las imágenes, pertenecientes al ámbito de lo histórico, lo social, lo popular o lo estético, para cuestionar las historias hegemónicas que transportan y desvelar en las nuevas imágenes aquello que permanecía invisible, añadiendo capas de individualidad u otredad. La imagen ‘retemporaliza’ el pasado para dar significado al presente, dejando expuesta su naturaleza de bloque temporal atado a las condiciones y circunstancias del devenir.
Los pliegues del tiempo. El acceso a un tiempo expandido, que se haga perceptible como entidad o duración, encuentra en los procesos de condensación, cinematización y estratificación de la imagen algunas de sus estrategias principales. El fluir temporal se comprime a través de procesos de condensación en una única imagen o en el salto entre imágenes; la cinematización introduce el tiempo del instante-devenir, donde las imágenes se ofrecen a una lectura pautada por la discontinuidad y las posibilidades combinatorias, vinculando el tiempo a la memoria y la duración a la construcción de sentido; finalmente, la estratificación empuja hacia el adentro de la imagen y, activando una mirada creativa, nos sumerge en el tiempo de la procesualidad de la obra.
Trascender el instante. La noción de instante como tiempo extraído de su secuencia, inmovilizado y enclaustrado en un fragmento exterior a la duración ha sido objeto de un continuo cuestionamiento. En la intensidad de una imagen única o en la relación entre instantes se convocan los estratos invisibles adensados en la representación a través de un estado de latencia que abre la imagen a lo porvenir; de la perpetuación del tiempo de la imagen en una eterno ahora o de la expansión del instante fotográfico desde la multiplicación de sus posibles verdades. Lo instantáneo se ha convertido en productor de su propia temporalidad y en activo explorador de las políticas de representación.
Artistas
Franz Ackermann | Eija-Liisa Ahtila | Augusto Alves da Silva | John Baldessari | Ralf Berger | Christine Boshier | Slater Bradley | Fernando Bryce | Matt Collishaw | José Pedro Croft | Salomé Cuesta | Hanne Darvoven | Philiph Lorca DiCorcia | Rineke Dijkstra | William Doherty | Stan Douglas | Olafur Eliason | Hans-Peter Feldmann | Roland Fischer | Sylvie Fleury | Hamish Fulton | Alex Hartley | John Hilliard | Rebecca Horn | Jonathan Horowitz | Craigie Horsfield | Martin Kippenberger | Imi Knoebel | Thomas Locher | Justin Matherly | Gordon Matta-Clark | Tracey Moffat | Yasumasa Morimura | Mabel Palacín | Barbara Probst | Gerhard Richter | Ugo Rondinone | James Rosenquist | Karin Sander | Cindy Sherman | Katherina Sieverding | Hiroshi Sugimoto | Fiona Tan | Amika Toren | Francesco Vezzoli | Jorinde Voigt | Jane & Louise Wilson | Johannes Wohnseifer