El primer objetivo de esta muestra, que conmemora el centenario de su fallecimiento, es mostrar la modernidad de los retos literarios, intelectuales, personales y políticos de Pardo Bazán, así como su dimensión europea. Para ello se aborda el carácter multifacético de una trayectoria que declinó en femenino el término, netamente moderno, de intelectual, que desde el principio tuvo una fuerte connotación masculina que es necesario cuestionar.
Novelista que, junto a figuras como Pérez Galdós o Clarín, Pardo Bazán desempeñó un papel decisivo en la renovación de la ficción de su época y fue traducida en vida a una decena de idiomas, incluido el japonés. Periodista cultural muy interesada por la política, crítica e historiadora de la literatura, dramaturga; cuentista prolífica y excepcional en la Europa de su época; empresaria con una revista y una editorial (Nuevo Teatro Crítico y La Biblioteca de la Mujer, 1890) que fueron pioneras en la difusión en España de la literatura rusa y de los debates franceses y británicos sobre el feminismo, con la traducción y comentario de las obras de John Stuart Mill y August Bebel.
Uno de los aspectos más originales de su trayectoria intelectual y política fue, precisamente, la inserción del feminismo en el debate cultural y político de la segunda mitad del siglo XIX, utilizando abiertamente el término y contribuyendo a su respetabilidad, con una repercusión pública muy intensa y eficaz. Un tipo de feminismo que destaca de nuevo por su modernidad y su capacidad para enlazar con las preocupaciones y los debates actuales.
Proyección pública
La cuestión de la profesionalización del escritor, así como de la celebridad femenina y sus paradojas, son dos nudos argumentales claves de la exposición. Se hacen visibles sus esfuerzos, de nuevo plenamente modernos, de gestionar su profesión y su imagen como escritora y mujer célebre. De la misma forma se exponen y explican sus ambivalencias literarias, políticas y personales, evitando un relato meramente hagiográfico. Así, aparece como católica, carlista y feminista radical, como gallega, como cosmopolita y como constructora de nación (española) especialmente lúcida respecto a las exigencias del nacionalismo moderno en Europa.
Desde todos estos puntos de vista se muestra como su obra y su vida –pero también su proyección pública– fueron capaces de dar cabida a todas las manifestaciones de la modernidad de la España de la Restauración (1875-1923), acogiendo opiniones y posibilidades de ser y de mirar el mundo, de actuar, que desafiaban tanto a sus lectores como a ella misma.
La muestra ha sido comisariada por la historiadora Isabel Burdiel, catedrática de la Universidad de Valencia, especialista en el siglo XIX, Premio Nacional de Historia en 2011 por su biografía de Isabel II y Premio de la Crítica Literaria Valenciana en 2020 en la modalidad de Ensayo y Crítica por su biografía precisamente de Pardo Bazán.
Esta exposición ha sido organizada por la Biblioteca Nacional de España, Acción Cultural Española, Xunta de Galicia y Comunidad de Madrid con la colaboración de la Real Academia Galega y el Ayuntamiento de A Coruña.
– Hoja de sala – Folla de sala [1]
– Catálogo digital en español y gallego de El reto de la modernidad [2]
Meirás, su sueño dorado
Meirás fue el sueño dorado de Emilia Pardo Bazán. El lugar de La Quimera, de lo bello y de lo bueno. Decía que era allí donde se sentía más creativa, más libre y más sosegada. Ella misma y su madre diseñaron el estilo neorromántico de Las Torres (jamás le llamó pazo) como la narración en piedra de las aspiraciones de una vida y de una obra, al estilo de otras casas de escritores europeos como Walter Scott, Alexandre Dumas o George Sand. Una fantasía literaria y también de estabilidad y proyección social en un mundo que cambiaba rápidamente.
Preparó todo para ser enterrada en la capilla de Meirás. Sus hijos incumplieron aquel deseo y en 1938 vendieron el edificio y sus tierras al Ayuntamiento de La Coruña que había abierto una “suscripción popular” para comprarlo y regalárselo al dictador Francisco Franco. Tras ochenta años de ocupación, Meirás ha vuelto al dominio público. Restituir allí la memoria de Pardo Bazán puede ser la mejor manera, no de olvidar, sino de echar al olvido, aquellos años violentos.