El pintor gaditano no trabaja en más de una obra al mismo tiempo, por lo que alterna series, que se diferencian conceptual y temáticamente para evitar caer en la monotonía y para poder descansar física y mentalmente entre una obra y otra. Las obras del periodo anterior se centraron en explorar las posibilidades derivadas del Rococó junto con las de cierto clasicismo inspirado en Cézanne.
Pero en esta última etapa, 2012-2014, predominan dos series: Malevich en Amalfi, en la que explora las relaciones entre el constructivismo y la metafísica; e Invitación a la danza, en la que homenajea las comedias musicales hollywoodienses de los años 50 a través de escenografías de aire surrealista-psicodélico.
Desde un punto de vista técnico, ambas se distinguen por el deseo de acentuar una visión más mediterránea de la obra a través del tratamiento de la luz hacia el blanco y por el uso de una gama de colores reducida.
A contracorriente
En estas obras se mantienen una serie de características que se pueden apreciar a lo largo de su trabajo. Estas son: la narratividad y la deriva manierista en la que están inmersas sus pinturas; la tendencia al eclecticismo; la hibridación de géneros pictóricos (paisajes que parecen bodegones y naturalezas muertas tratadas como retratos de grupo); el diálogo con periodos y artistas claves de la historia del arte, adecuando temáticas clásicas a necesidades conceptuales contemporáneas; el equilibrio entre figuración (del conjunto) y abstracción (de las partes); la geometría, imprescindible para estructurar la obra; las perspectivas acusadas y la multiplicidad de puntos de vista; y, finalmente, el dibujo, visible y presente como andamiaje de los distintos elementos que configuran la obra.
El resultado final de estas nuevas series incide en la postura de un artista que considera que va a contracorriente del «academicismo imperante» mediante la realización de unas obras que no son sólo fuente de conocimiento y vehículo de transmisión de ideas, sino también parte de una disciplina que deleita nuestros sentidos a través de imágenes que desprenden belleza, placer y emoción.