Las historias de las colecciones, tanto públicas como privadas, rara vez son historias continuas hilvanadas de forma compacta. Las colecciones son pactos de amor y de memoria, constataciones y apuestas, afirmaciones y dudas, placer y tesis. Desde los museos se impone la responsabilidad de salvaguardar, documentar y dar a conocer estos fragmentos del devenir artístico, como objetos pero también como transmisores de ideas y vivencias.
Renovación fundamental
Es Baluard, inmerso en una renovación fundamental que coincide con su décimo aniversario, quiere ante todo construirse como museo y dotar de personalidad a sus diferentes espacios mejorando la circulación zonal y configurando progresivamente las funciones según sus propiedades y sentido.
Con Implosió comienza a trabajar en la génesis de lo que será el epicentro de sus estrategias futuras, potenciando a partir de sus colecciones la reproducción de células madre como una nueva manera de entender la historia de la creación balear y sus relaciones internacionales con visiones poliédricas.
Este intraimpulso es una detonación interior para dar lugar a una onda expansiva que desde dentro agite estados e ideas provocando la generación de un núcleo fisionable. Como en física, la onda expansiva forjada desde las propias entrañas libera grandes cantidades de energía, a modo de fenómeno catártico y de reforzamiento, ya que cuando algo implosiona los átomos se aproximan entre sí y aumentan en densidad.
Cuatro áreas consecutivas
Esta gran exposición se construye a través de cuatro áreas consecutivas diferenciadas para analizar desde la perspectiva de lo glocal (el contexto de Baleares y la presencia del arte contemporáneo internacional). Las áreas de las que consta Implosió se articulan a través de ciertas continuidades estilísticas, siguiendo la historiografía al uso, pero proponiendo nuevas lecturas a la misma e incidiendo en puntos calientes cuyas ondas expansivas permitieron un avance en las prácticas artísticas contemporáneas.
Con “Implosió. 1er movimiento”, Es Baluard comienza la primera fase de la reordenación de su colección. Estructurada en cuatro áreas diferenciadas, este ámbito recoge la experimentación de las vanguardias que tuvieron lugar a principios del siglo XX, a través del cubismo como el primer movimiento de ruptura con el arte establecido y la posterior revolución de los lenguajes llevadas a cabo por el surrealismo y el dadaísmo junto al desarrollo del expresionismo abstracto americano y el informalismo en Europa después de la Segunda Guerra Mundial.
Esta sala reúne obras de María Blanchard, Wifredo Lam, Fernand Léger, Nicolas de Staël y Antoni Tàpies, junto a las de creadores tan fundamentales en este período como Joan Miró o Pablo Picasso, de quien se incluye una nueva lectura de su trabajo en el campo de la cerámica, lenguaje que descubre en 1946 en Vallauris (Francia) y que desarrolla entre 1947 y 1971.
Inauguración, concierto y fiesta
Para inaugurar Implosió, este jueves, 30 de enero, a las 21.30 h, actuará Jansky [1], dúo formado por la poetisa Laia MaLo y la electrónica orgánica de Jaume Reus. Rosa Pérez organiza este evento, que forma parte del programa radiofónico Fluido Rosa (Radio3) que se realizará en Es Baluard a partir de las 20.30 h. Paralelamente, en la sala Aljub del museo tendrá lugar a partir de las 21.00 h y hasta medianoche la fiesta Implosió.
Jansky es un dúo de electrohouse spokenword con instrumentos digitales, la flauta travesera hipercontemporánea de Jaume Reus y la voz y el verso de Laia MaLo. En enero de 2013 presentaron Un big bang a la gibrella. En sus directos, poesía y música interactúan desde dos perspectivas: una orgánica y carnal, y otra digital y onírica.