Entre 1961 y 1962, los nodos formados en Sevilla y Córdoba inauguraron la expansión de la red por la península. Entre sus componentes se encontraban artistas con carreras establecidas, como José Duarte, y otros que daban sus primeros pasos en el mundo del arte. Para todos ellos era necesario y urgente realizar estampas asequibles que promovieran una reflexión crítica sobre la realidad.
Transformándose con el tiempo, y alternando momentos de efervescente actividad con otros de mayor quietud, Estampa Popular permaneció activa hasta inicios de la década de 1980. «Aunque los grupos en Córdoba y Sevilla solo funcionaron como tales unos años, podría decirse que el espíritu de Estampa Popular siguió animando las actividades de buena parte de sus componentes durante mucho tiempo. De ninguna manera pensaron que la crítica y el compromiso político carecieran de sentido después de 1975», subraya la comisaria.
Este proyecto expositivo da a conocer la producción, la historia y trayectoria interconectada de los grupos que se formaron en Andalucía: Grupo Sevilla, Grupo Córdoba (que después pasaría a llamarse Estampa Popular de Córdoba) y Estampa Popular de Sevilla. Para ello atiende a las preocupaciones de sus obras (de la pobreza al antimperialismo, de la emigración a la situación de las mujeres y la infancia, de la represión a la resistencia y la lucha), y presta atención a los diversos lenguajes y prácticas que desarrollaron, y a los modos en que sus creaciones se difundieron.
Cuestiones como las derivas creativas de sus componentes, las relaciones con los demás grupos y artistas de Estampa Popular, así como con otros ámbitos geográficos, políticos y creativos directamente involucrados en sus actividades o que resonaban con ellas, son también objeto de análisis. La comisaria examina además la aportación de las mujeres a esta aventura artística y política.
Entre el amplio abanico de referencias de quienes formarían los grupos de Estampa Popular en Córdoba y Sevilla se encontraban el grupo de Madrid de Estampa Popular, los grabados populares (como los pliegos de cordel), el Taller de Gráfica Popular mexicano, la cultura artística y visual antifascista y republicana, varias iniciativas editoriales que se proponían dar un impulso al grabado, así como ciertos artistas del momento que suponían un cambio en el enfoque de la práctica artística.
Pepe Ortega
En la mayoría de los relatos fundacionales sobresale la figura icónica del pintor y grabador Pepe Ortega, un activo militante comunista que había sido condenado a 10 años de cárcel en 1947. Su experiencia en el sistema carcelario franquista quedó plasmada en obras como las que componen su serie El terror (1952). Perseguido por la dictadura, en 1960 se exilió a Francia y, más adelante, a Italia. Las duras jornadas de trabajo de los segadores, que conoció de primera mano, son un tema recurrente en su trabajo. Todos los futuros integrantes de los grupos de Sevilla y Córdoba de Estampa Popular se encontraron con Ortega en algún momento cercano a su creación: ya fuera en Madrid (en alguna de las estancias clandestinas de Ortega) o en París. En sus testimonios todos destacan la importancia de este contacto para dar el impulso definitivo a la creación de ambas agrupaciones.
El nombre de Estampa Popular y su dedicación preferente al grabado eran, según destaca la comisaria, «el resultado de cruzar el ideal de la difusión masiva y la capacidad comunicativa de dispositivos como los pliegos de cordel, con el nombre y el compromiso político del Taller de Gráfica Popular mexicano (TGP)». El grupo sevillano funcionó como una cooperativa precisamente por esta inspiración novohispana.
Cuando crearon los nodos de Sevilla y Córdoba, la mayoría de sus componentes ya habían iniciado sus carreras artísticas. José Duarte (Córdoba, 1928 – Madrid, 2017) contaba con una trayectoria más consolidada y reconocida tanto a nivel nacional como internacional, como integrante del Equipo 57, el grupo interdisciplinar que formó junto con Juan Cuenca, Ángel Duarte, Agustín Ibarrola y Juan Serrano en aquel año. La vanguardia abstracta y geométrica del Equipo 57 era decididamente social y política y, en consonancia con esas ideas, José Duarte e Ibarrola fundaron los grupos de Córdoba y Vizcaya a finales de 1960.
José Duarte era profesor en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Córdoba. Sus alumnos Francisco Arenas, Segundo Castro, Manuel García, Manuel González, Alejandro Mesa y José Pizarro trabajaron colectivamente en la línea de la abstracción, primero como Escuela Experimental de Pintura y luego como Equipo Córdoba, compartiendo viajes y aprendizajes con el Equipo 57. En un proceso similar al de sus compañeros, Castro, García y Mesa decidieron desarrollar su compromiso artístico, social y político en el Grupo Córdoba de Estampa Popular.
En Sevilla, varios artistas de Estampa Popular, como Francisco Cortijo y Cristóbal Aguilar, que fueron compañeros de estudios, se formaron en la Escuela de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría. Allí recibieron la influencia decisiva del pintor y profesor Miguel Pérez Aguilera, que los introdujo en las corrientes renovadoras del momento y el cual organizó en 1954 en el Club La Rábida la exposición Cuatro maestros de la pintura española actual, con obras de Daniel Vázquez Díaz, Benjamín Palencia, Rafael Zabaleta y Godofredo Ortega Muñoz, que les causó un gran impacto.
La primera exposición del Grupo Sevilla en 1961 fue también la primera exposición de Francisco Cuadrado. La estrecha relación de camaradería, que entrelazaba la amistad, la militancia y el arte, hizo que Aguilar, Cortijo y Cuadrado se embarcaran juntos en muchas empresas colectivas de todo tipo.
Estampa Popular Sur reúne, además de obra gráfica y pintura, periódicos, revistas, libros, carteles, postales, fotografías, calendarios y cerámica, que permiten explorar todos los registros de las distintas agrupaciones andaluzas, cuyo principal nexo en común era su oposición al franquismo.
Su realismo no se refería a aspectos formales sino a componentes intencionales, pues en sus obras estos artistas no excluían las posibilidades de la abstracción, además de explotar todas las de la figuración. El encuentro en Sevilla de las propuestas figurativa de Estampa Popular y abstracta del Grupo Córdoba, que se produjo meses antes de que los grupos andaluces expusieran por primera vez, selló una trama de relaciones entre los nodos madrileño, sevillano, cordobés y vizcaíno que sería constante y alimentada por iniciativas compartidas que no buscaban el mercado sino el mensaje.
Contrarios a una concepción comercial y elitista del arte, los artistas de Estampa Popular usaron la técnica del grabado para crear obras asequibles y fácilmente reproducibles que difundieran su cuestionamiento del sistema dictatorial ante audiencias cada vez más amplias.
Universo y derivas creativas
Esta exposición reúne la muestra más numerosa de las obras de los grupos de Estampa Popular que se formaron en Andalucía. En palabras de su comisaria, Noemí de Haro, «no cabe duda de que es importante dar a conocer la producción artística y la historia conjunta de estas agrupaciones. No obstante, pensamos que circunscribirse a una selección de estampas y un elenco de exposiciones, ofrece una imagen muy limitada de lo que supuso esta iniciativa. Por eso, hemos prestado atención al universo y las derivas creativas de sus componentes, a las relaciones entre distintos lenguajes y prácticas que desarrollaron. También a los diálogos con los demás grupos y artistas de Estampa Popular, así como con otros ámbitos geográficos, políticos y creativos directamente involucrados en sus actividades o que resonaban con ellas».