Estreno mundial de ‘L’Enigma Di Lea’

La primera ópera de Casablancas se erige en una pieza que plasma el ideal de rozar el absoluto como la última de las utopías románticas. Comprometida partitura, con un equipo artístico especializado en música contemporánea, capitaneado por Josep Pons y con la puesta en escena de Carme Portacelli, una de las mejores directoras de nuestro tiempo.

El libreto escrito en italiano por Rafael Argullol narra, en palabras del propio Argullol, una historia de amor, dolor, deseo y pasión. La ópera constituye un canto a la capacidad del hombre para trascender su condición humana y sus limitaciones, un reflejo de ese impulso por “rozar el absoluto“, para emplear los términos utilizados por los románticos alemanes. Un auténtico viaje iniciático –o quête– en búsqueda del amante en cuyo espíritu pueda reconocer Lea los efectos de su confrontación con la divinidad y la violencia de la posesión, así como la visión de trascendencia surgida en su interior como consecuencia de ello, y cuyo núcleo emocional y simbólico –hilo conductor de toda la obra– podemos cifrar en el “vislumbre de la inmortalidad”; es decir, el contacto de lo humano con lo divino como fuerza generatriz de la historia.

El enigma de Lea es la historia de un secreto. Está protagonizada por una heroína que como consecuencia de este secreto, fruto de haber sido poseída por Dios y de haber visto demasiado, se ve obligada a errar por el espacio y por el tiempo. Lea vive en el pasado y en el presente. El enigma de Lea es una aventura a través de los límites del mundo, tanto desde un punto de vista físico como espiritual. A lo largo de esta aventura se va encontrando con diversos personajes con los que se confronta. De esta confrontación surge la tensión entre muerte e inmortalidad, entre consciencia e instinto, entre sexualidad y mística. Surge también una singular historia de amor en la que se expresan las pasiones, el enigma y la fe.