Su título es el de una obra autónoma del resto de la muestra. No alude a nada. Este breve espacio literario que es el título se utiliza para una cita dentro de 16 años en un bar concreto de una ciudad concreta que, no obstante, ni siquiera se revela. Este remitir a otro lugar y otro acontecimiento se repite en toda la muestra que, sin recurrir a la manera clásica de documentación, nos aleja continuamente hacia acontecimientos más o menos remotos.
Las paredes de la galería están pintadas de azul ultramar y suena una ranchera. Nacieron del proyecto Ultramarino (2014) que realizó con Consonni. La canción cuenta cómo la música viajó con la inmigración entre el País Vasco y México y, por medio de la palabra, narra la desaparición de Bas Jan Ader, que se perdió en el mismo océano.
Viajes en la misma dirección pero diferente sentido que se relacionan con la utopía, la aventura, la necesidad y la historia. El espacio de la galería cambia drásticamente con la pared. Se une color y palabra, pensando en el concepto casi físico de “lo que está al otro lado del mar” de la palabra Azul Ultramar, recordando al azul artificial, al mar en sí mismo y a la posición relativa del otro lado, se esté del lado que se esté.
Cargado de narrativas
Circunferencia (2015) dibuja la forma más sencilla posible pero trazada con una línea cargada de narrativas. Se trata de un cabo de un marinero cerrada por un cordón perteneciente a un célebre fugitivo. En el puente que une tradicionalmente Galicia y Portugal por tren, en su frontera natural, el río Miño, recuperando un clásico de las travesuras infantiles, el artista y Ángel Calvo Ulloa pusieron monedas en la vía (Numismática, 2014). Las monedas son antiguas pesetas y escudos. Se hila un nexo entre la fascinación por las formas acuñadas, el metal, la economía, la escultura y un pasado de actividades infantiles de investigación empírica: ¿qué pasa si a una moneda le pasa un tren por encima?
En el suelo se ve un tubo de la galería inutilizado que hace referencia a un trabajo anterior del artista, The right Left (2014). En el contexto de un proyecto sobre ineficiencia en el trabajo intercambió dos tubos fluorescentes de dos oficinas situadas a 150 kilómetros, entre Farnham y Canterbury. Eran dos oficinas homólogas de una misma universidad cuya distancia crea ciertos impedimentos logísticos y burocráticos. Una pequeña brecha espacio temporal se abrió en ese instante. Fermín tuvo que conducir por primera vez en sentido contrario. A simple vista no se le distinguía de un conductor cualquiera más o menos torpe. Una gran mesa contiene Casa natal de Luis de Góngora (2015), una pequeña línea de speed que espera a ser aspirada apuntando por los medios más precisos posibles la casa natal del escritor, uniendo vieja literatura, tiempos distintos, alteraciones neuronales y cartografía.