El Festival, organizado por La Fábrica, Fundación Contemporánea y el Círculo de Bellas Artes, mantiene su carácter de gran fiesta de la literatura, pero quiere dar un paso más allá y convertirse en un espacio en el que los creadores inviten al público a participar en la defensa de la democracia. Como señala su director artístico, Jesús Ruiz Mantilla, «los escritores, artistas y creadores anteriores a la primera y segunda guerra mundial, con su perfecta percepción de los peligros que intuían y atestiguaron antes del apocalipsis al que nos condujo el totalitarismo, pueden servir de guía a quienes hoy, desde el arte o el pensamiento cumplen su papel y advierten de los peligros de los nuevos autoritarismos. La poesía, la novela, el ensayo, el cine, la música, las artes visuales, escénicas y audiovisuales son el vehículo de testimonios, formas de concebir el mundo y percepciones útiles para no desembocar en el cataclismo de un planeta sin democracias como espejo donde mirarse».
En Eñe se hablará de censura y de autocensura junto a autores como el italiano Antonio Scurati; del camino incierto hacia el que se dirige la democracia; de la importancia de la historia, con uno de los grandes historiadores británicos, Antony Beevor [1]; de la tolerancia o de la memoria, uno de los temas que sobrevuela la creación de Javier Cercas [2]. Recordará también a grandes figuras que lucharon en tiempos, si cabe, más complejos que el actual, como la poeta rusa Anna Ajmátova, ejemplo de resiliencia y lucha pacífica. La última Premio Princesa de Asturias de las Letras, la rumana Ana Blandiana [3], rescató los versos de Ajmátova en un escenario tan excepcional como es el Teatro de La Abadía.
Chile, país invitado
La literatura chilena tiene especial protagonismo en esta edición. Una presencia que se inauguró de forma excepcional con un homenaje a Raúl Zurita en el Teatro de La Abadía gracias a la colaboración de la Fundación Loewe, en el que el poeta estuvo acompañado por sus homólogos españoles Antonio Lucas y Aurora Luque, ambos ganadores del Premio Internacional de Poesía Loewe. Esta presencia chilena se verá reforzada con Cynthia Rimsky, Lina Meruane, Violeta Medina, Bruno Montané, Paulina Palacio, Carlos Franz, Carmen García Palma, Valentina Marchant, Constanza Ternicier o Claudia Apablaza.
Eñe es sinónimo de literatura en español, si bien desde el año pasado busca también convertirse en puente entre Europa y América Latina. Así, esta edición vuelve a contar con la conjunción de voces europeas, de habla no española, que se reunirán con creadores latinoamericanos. Autores como Lídia Jorge, Mircea Cărtărescu, o Laurent Binet dialogarán con españoles y latinoamericanos como Juan Gabriel Vásquez, Jorge Volpi, Gioconda Belli, Luis Landero, Manuel Rivas, Sara Barquinero o Eliane Brum.
Pero el Festival también ofrece ventanas a la literatura vasca [4], comisariada por la escritora Katixa Aguirre; la catalana [5], comisariada por los actores y dramaturgos Nao Albet y Marcel Borrás; y, por primera vez, a la literatura gallega [6], de la mano del escritor Xesús Fraga.
La educación, el lenguaje y la memoria son tres de las claves del pensamiento de Emilio Lledó [7], uno de los más importantes filósofos españoles. El Festival le rendirá homenaje y le hará entrega de su premio en el Círculo de Bellas Artes, epicentro del programa de Eñe.
Contará este año, además, con nuevas ubicaciones en la ciudad de Madrid. Así, el Museo del Prado abrirá una de sus salas más especiales, la de Las meninas, a Miquel Barceló [8], en una propuesta que aunará conversación con una experiencia estética profunda. Además de sus sedes en la capital, el Festival crece este año con varias propuestas en Chinchón y Alcalá de Henares [9] en sendos programas que unen palabra, paisaje y patrimonio, y volverá, del 28 de noviembre al 1 de diciembre y por séptimo año consecutivo, a Málaga, que acogerá una potente extensión de Eñe.