El Museo de Bellas Artes [1] de Sevilla acoge la exposición García Ramos en la pintura sevillana con el que conmemora elcentenario de la muerte de una de las figuras más relevantes dentro del ambiente intelectual y artístico de Sevilla a finales del siglo XIX y primeras décadas del XX. El grueso de la muestra, de 71 obras entre dibujos y pinturas, algunas nunca expuestas, son fondos propios del museo, que se completan con piezas de colecciones particulares.
José García Ramos (Sevilla, 1852-1912) perteneció a una generación de pintores sevillanos formados en torno a 1870 por Eduardo Cano. Su pintura académica de raíz romántica fue el punto de partida para los artistas de este momento, seguidores de un costumbrismo tardío que se convertiría en el inmediato antecedente de la pintura regionalista.
El proyecto expositivo coordinado por Fernando Panea Bonafé se desarrolla a través de la propia biografía del artista en tres ámbitos y permite realizar un recorrido representativo de lo que fue la polifacética producción de García Ramos no solo como pintor sino también como dibujante, ilustrador y cartelista.
Tres etapas
Estas tres etapas son ‘Inicios del artista. Entre Sevilla y Roma’, ‘Sevilla sobre lienzo y papel’, y ‘Periodo final. Seguidores de un estilo’. En la primera de ellas, junto a obras de maestros que determinaron los antecedentes pictóricos y estilísticos de García Ramos, se muestran dibujos de su primera etapa, realizados en su mayoría en Roma, adonde se trasladó en 1872 para completar su formación iniciada en la Escuela de Bellas Artes de Sevilla.
‘Sevilla sobre lienzo y papel’ enseña el principal ejemplo de su estilo, con certero dibujo lleno de luz y color y temática de gentes y costumbres de la ciudad; también se reflejan aquí sus colaboraciones con revistas y otras publicaciones de la época.
Revisión exhaustiva
La tercera parte, ‘Periodo final. Seguidores de un estilo’, comienza con el retrato póstumo que le hiciera Alfonso Grosso, uno de sus discípulos y representante de la generación inmediata a García Ramos; esta etapa muestra una estética más oscura y menos amable; se exhiben también aquí carteles realizados para la Feria de Sevilla y obras de sus discípulos y seguidores.
La realización de este proyecto ha sido posible gracias al trabajo de revisión de su obra tanto en lo relativo a su conservación-restauración, como a su estudio y documentación. El resultado es la exposición de 71 obras entre las que destaca un importante conjunto de dibujos inéditos que se exponen por primera vez. Con ella se rinde homenaje a un pintor imprescindible para la historia de la pintura sevillana del siglo XIX y la del propio Museo.