La primera mirada está dirigida a la mujer. Indaga en su repertorio de lo femenino, contemplado desde variados puntos de vista. Su papel en las actividades cotidianas de la época, sus momentos de ocio y diversión, también como víctima de la omnipresente violencia masculina, sometida a la voluntad patriarcal y, simultáneamente, presenta a mujeres fuertes que defienden a sus familias e, incluso, a su país. Un grupo significativo es el que recoge las prácticas oscurantistas que todavía pervivían en diferentes lugares de España a fines del siglo XVIII y que tradicionalmente atribuían a las mujeres un papel protagonista.
La segunda presenta las estampas en las que el genio reflejó el horror de la guerra y sus consecuencias. El ser humano universal es el protagonista de los hechos, no existen bandos, no hay juicios morales, sólo personajes al límite capaces de cualquier atrocidad. Esta segunda mirada escoge una selección de estampas presentes en la exposición Goya cronista de todas las guerras, también celebrada en la Calcografía Nacional a principios del siglo XXI y que después recorrió distintas sedes del Instituto Cervantes en Europa y Asia.
Ya en la última mirada se analizan las relaciones de los rostros goyescos con los tratados de fisiognomía coetáneos del artista. Las teorías fisiognómicas actualizan el paralelismo de expresiones humanas con animales, una comparación que ya era popular en el siglo XVI, y generan una moda del estudio de la animalidad del rostro humano y sus expresiones.
Goya, en sus creaciones gráficas, pero también en su pintura de invención, construye unos rostros muy alejados del inexpresivo semblante de los cortesanos, cuya máscara es el disimulo. Sus rostros dialogan sin tapujos y directamente con el pueblo, principal destinatario del mensaje de sus estampas. Precisamente una exposición sobre este tema se celebró en 2018 en la Calcografía Nacional, y en la actualidad se exhibe en el Instituto Cervantes de Praga [1].
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Nueva intercomunicación
La exposición Goya, tres miradas coincide con la inauguración de la nueva intercomunicación entre las salas de Goya en el Museo de la Academia y el Gabinete Goya de la Calcografía Nacional. La conexión mediante ascensor entre los citados ámbitos museográficos facilita la accesibilidad de las personas con movilidad reducida por los mismos recorridos que el resto de visitantes. El proyecto ha sido financiado gracias a una donación de la académica honoraria Alicia Koplowitz a través de la Fundación que lleva su nombre.