Las pinturas de Charlton configuran estudios basados en el gris, que realiza bajo un método sistemático con el que calcula su tamaño y estructura. A partir de la eliminación de cualquier detalle superfluo, los lienzos del británico llaman la atención sobre el espacio en el que se muestran por su sobriedad y equilibrio.
Dicha concepción redefine la relación tradicional entre obra de arte y espectador, ya que es el espacio, así como la disposición de los lienzos, los que la cargan de significado. La precisión de sus lienzos contrasta con las condiciones variables de los diferentes entornos en los que se presentan, de ahí que sus pinturas ofrezcan al espectador una experiencia visual muy diferente en función del espacio en el que se ubiquen.
La obra de Charlton forma parte de museos y colecciones públicas como la Arts Council Collection (Londres), Castello di Rivoli Museo d’Arte Contemporanea (Turín), Centro Pompidou (París), Colección de Arte Contemporáneo «la Caixa» (Barcelona) o Tate Gallery (Londres).