Comisariada por Andrés Úbeda de los Cobos, director adjunto de Conservación e Investigación del Prado, y David García Cueto, jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa hasta 1800, la muestra reunirá aproximadamente cien obras que incluirán pintura, escultura y obra gráfica, en la que obras de creadores coetáneos en el ámbito de la pintura y la escultura se expondrán en diálogo con las de Reni para invitar a una reflexión sobre las múltiples interacciones con este otro arte que se manifiestan en su pintura. Varias de ellas se podrán ver por primera vez y otras se presentarán tras un importante proceso de restauración.
El Prado custodia aproximadamente veinte obras de Reni, más de quince de atribución cierta y realizadas en su taller, entre las que destacan obras icónicas como Hipomenes y Atalanta, que el Museo ha estudiado y restaurado con motivo de este proyecto, o una de las versiones de San Sebastián, una imagen que Reni elaboró con tal fortuna estilística e iconográfica que su influencia en artistas posteriores se perpetúa hasta nuestros días.
A las obras de Reni se sumarán las de otros artistas de los siglos XVI y XVII que, con él, protagonizaron dos de los siglos más fructíferos y definitorios de la cultura artística europea (entre ellos Tiziano, los Carracci, Caravaggio, Zurbarán, Ribera o Murillo). Un tercio de las obras pertenece a los fondos del Prado, y a los préstamos de instituciones españolas como Patrimonio Nacional o el Museo Arqueológico Nacional se sumarán más de cincuenta obras procedentes de instituciones extranjeras como el Musée du Louvre, el Metropolitan Museum of Art, la National Gallery de Londres, la Pinacoteca Nazionale di Bologna o la Galleria Borghese.
La exposición del Prado coincidirá en el tiempo con la monográfica sobre este gran maestro del Barroco que presenta el Städel Museum de Fráncfort [1] (hasta el 3 de mayo de 2023). Los dos proyectos plantearán aproximaciones científicas diferentes, si bien ambas instituciones han colaborado para aunar esfuerzos organizativos.
La belleza de lo divino
En su día, Reni fue uno de los pintores más exitosos de Europa, codiciado por los patrocinadores más importantes. Apenas apreciado en el siglo XIX y luego relegado a un segundo plano por el interés despertado por su rival temporal Caravaggio, ya no ocupa el lugar que merece en el conocimiento público. Recibió el epíteto «Il divino», referido a su fama como artista estrella consciente de sus habilidades. Pero también remite a sus temas: es el pintor de lo divino por excelencia. Tuvo un profundo efecto en la iconografía religiosa del arte europeo y, como nadie antes o después, dio forma visual a la belleza de lo divino, ya sea el reino cristiano de los cielos o el mundo de los dioses antiguos. El enorme impacto de su arte se refleja en las innumerables variaciones de sus representaciones de las cabezas de Cristo y María, con sus rostros vueltos hacia arriba y la mirada hacia el cielo, cuyas reproducciones todavía circulan ampliamente hoy en día como extractos de imágenes en los libros de oración católicos. De hecho, esta historia de recepción imitativa sin paralelo solo sirvió para empañar la imagen de Reni, oscureciendo las cualidades reales y otros aspectos fascinantes de su arte.