Actuar o perecer recorre desde los primeros trabajos de Metzger en el ámbito de la pintura y la escultura durante los primeros años 40 a su uso pionero de proyecciones de cristal líquido. El título de la exposición, Actuar o perecer, está tomado de una frase acuñada por El Comité de los 100, organización contra las armas nucleares formada bajo la tutela de Lord Bertrand Russell, de la que Metzger fue su primer secretario informal.
La muestra apunta directamente al compromiso político y el activismo de Metzger contra el capitalismo y la comercialización del arte a lo largo de su vida (faceta en la que es considerado pionero), pero también alude a la evolución de esos conceptos en trabajos posteriores, como su serie Historic Photographs (Fotografías históricas), realizada desde mediados de los noventa hasta la actualidad, o las instalaciones de gran escala, como la obra In memoriam, incluida también en esta exposición.
Las obras seleccionadas permiten comprender la importancia del compromiso político y el activismo contra el capitalismo, las armas nucleares, o la contaminación del medio ambiente en el desarrollo de su práctica artística. La muestra incluye también gran cantidad de material documental, proveniente de los archivos del propio artista.
Un papel importante de su trabajo es el que juegan los manifiestos para un Arte Auto-Destructivo, el primero de los cuales fue publicado en 1959. En esta exposición se reivindican por primera vez estos movimientos radicales como una evolución lógica de sus primeros experimentos con la pintura, y cómo su trabajo como pintor continuó desarrollándose incluso en los primeros años de su trabajo sobre el Arte Auto-Destructivo. En este sentido cabe destacar su experimentación con las pinturas al ácido, así como su trabajo con materiales industriales como acero y plástico, que se relacionan directamente con los manifiestos para un Arte Auto-Destructivo.
De forma paralela, y a su vez funcionando como contrapunto, Metzger escribió un manifiesto del Arte Auto-Creativo, y trabajó en proyectos relacionados en los que permitía el desarrollo de procesos autónomos para dar lugar a formas y movimientos que escapasen al control del artista, lo que emparenta su trabajo directamente con los procesos propios de la ciencia y la tecnología. A este conjunto pertenecen obras como Drop on a Hot Plate, presente en la exposición, o su famosa instalación Liquid Chrystal Projections. En esta última, los cambiantes patrones de color creados espontáneamente con estas proyecciones fueron popularizados a través de la estética de la psicodelia.
Perspectiva ética
Gustav Metzger nace en el seno de una familia de judíos polacos. En 1939, Metzger y uno de sus hermanos son incluidos en los autobuses del Movimiento de Niños Refugiados, el conocido como Kindertransport, logrando así huir de la muerte como víctimas del Holocausto; una suerte que, en cambio, sí corrieron sus padres y otros miembros de su familia. Esta circunstancia ha marcado la perspectiva ética de su obra desde sus comienzos.
Metzger ha dedicado su vida y su proyecto artístico a promover el pensamiento crítico y provocar un cambio social que evite que el hombre explote su capacidad de destrucción, propiciando “un camino que vaya de la ética hacia la estética».