En sus obras, y a diferencia de otros artistas que limitan su activismo al documentalismo, Harrison, Güell y Acha-Kutscher no solo registran y testimonian las diferentes formas de injusticia social sino que las enfrentan. Como destaca Laudo, «a pesar de sus diferencias generacionales y de contexto, y dejando de lado la especificidad y singularidad de sus trabajos, es fácil identificar en las prácticas artísticas de estas tres creadoras planteamientos temáticas y líneas discursivas afines».
Para la comisaria, el primer término del título, Ella, no alude solo a la circunstancia obvia de que las tres son mujeres, sino al hecho de que trabajan desde un posicionamiento feminista, y que a menudo analizan a través de su obra las diferentes formas de violencia y opresión ejercidas contra la mujer.
Pero también son conscientes de que la violencia y la discriminación de género suele ser inherente a otras formas de opresión, como por ejemplo la racial o la de clase, y por eso abogan por un feminismo inclusivo y transversal, desde el que denuncian la vulneración de los derechos de cualquier sujeto y reivindican un mundo igualitario donde todas las personas puedan definir las condiciones de su propia existencia.
El segundo término del título, el ojo, hace énfasis en la función de observación y documentación de la realidad que las tres ejercen como artistas, pero también en la asunción de la responsabilidad que deriva del hecho de ser testimonio, y a veces incluso cómplices, de las diferentes formas de injusticia social. El ojo hace también alusión a un interés por analizar y revisar de manera crítica los cánones visuales, la representación estereotipada de la figura femenina en la historia del arte, y las convenciones que han conformado a lo largo de los años las formas de recepción e interpretación de la imagen artística.
El dedo hace referencia a la determinación de señalar los abusos de los sistemas de opresión y del poder hegemónico, pero también a sus capacidades para reconocer los privilegios que a veces les otorga sus posiciones como artistas reconocidas y residentes en Europa, y de cómo los usan en favor de las causas que defienden. Por eso el último término es la mano, un elemento corporal que representa una forma de relación activa y directa con el mundo, y que simboliza la convicción compartida de entender el arte como una herramienta para la transformación social y como un lugar desde el cual ejercer el activismo.
-Sábado, 24 de octubre de 2020, 12.00 h. Rambla de Poble Nou amb Pere Quart. Núria Güell, Evento Público. Coproducción de ADN Galeria, Can Felipa y Escena Poble Nou.
-Jueves, 12 de noviembre de 2020, 18.00 h. Visita comentada a cargo de la comisaria de la exposición.