Este extraordinario conjunto monetario, compuesto por 19 ánforas romanas que contienen más de 50.000 monedas del siglo IV d.C. principalmente, de las que se han contabilizado un total de 22.470, ha tenido un gran impacto mediático y ha despertado mucha curiosidad. Desde su hallazgo el pasado mes de abril en la localidad sevillana se comenzó a preparar una exposición en la que se pueden ver 23 monedas ya intervenidas, limpias y estabilizadas, en las que se identifican los distintos emperadores bajo cuyo mandato se produjeron y los distintos reversos hasta ahora identificados. Además, y sólo durante el periodo navideño, se muestran cuatro de las nueve ánforas selladas, que en enero serán retiradas para su estudio y conservación.
El recorrido expositivo se divide en varias secciones. En la primera se narra cómo fue el hallazgo, cómo se protegió y cómo se trasladó el tesoro hasta su destino, el Museo Arqueológico, donde se custodia desde entonces, protegido y conservado de manera científica y segura. El conjunto se componía de siete sacos con monedas pertenecientes a ocho ánforas; nueve ánforas cerámicas completas, cuyo contenido previsiblemente son monedas; dos ánforas cerámicas semifragmentadas, y varios fragmentos anfóricos y otros materiales cerámicos.
A continuación se describe el tesoro, sus elementos, cronología y características. Es en esta unidad donde los visitantes pueden contemplar muy de cerca algunas de las monedas. Varias están ya limpias y restauradas y otras se presentan tal y cómo aparecieron bajo tierra. De esta manera, el público puede ver el tesoro tal y cómo se descubrió y cómo queda tras el proceso de intervención científica. También en esta parte de la exposición se pueden observar de cerca las primeras ánforas.
La tercera parte de la muestra intenta responder a algunas preguntas sobre el origen del hallazgo, su entorno y ubicación, y las razones por las que estaba allí. El público también puede comprobar el impacto que tuvo la noticia del descubrimiento en todo el mundo. La exposición concluye con un apartado dedicada al presente y futuro del tesoro, al proyecto de investigación que está en curso, los trabajos que ya se han realizado y se están realizando, y toda la labor que queda pendiente.
Un inmenso trabajo científico de investigación, así como de divulgación, que se quiere compartir con la ciudadanía, destinataria última de todo este esfuerzo. En esta parte se pueden ver, en primicia, otras cuatro ánforas, todas ellas selladas, que encierran todavía todos sus misterios. Sobre todo una de ellas, la única que es diferente al resto y cuyo contenido es un enigma.