Esta exposición, que forma parte del Festival OFF de PHotoEspaña 2015 [2], reúne 30 imágenes en las que se puede observar la naturalidad y el humor con que interactúan los mundos simultáneos que cruzan los Andes desde el Pacífico para encontrarse en la selva Amazónica. Como dijo el poeta peruano Mario Montalbetti, «las fotografías de Javier Silva siempre están inmersas en raza y en clase y en lenguas a-hispánicas y en amores sísmicos y en rituales narrativos».
Pocos autores consiguen traspasar el espacio existente entre la cámara y el sujeto. En la obra de Silva la fotografía se va alejando cada vez más de la veracidad para acercarse a la narrativa, porque contar lo que se encuentra no es simplemente presentarlo al espectador, sino, enfrentarlo. El fotógrafo realiza una labor más ardua marcando ciertas pautas para distanciar al espectador de la obviedad.
Estas dos condiciones se encuentran en la obra de Silva, y juntas convierten a la fotografía en arte, revelación, disparador de ideas. Saltar del actor al espectador sin que haya una disputa hegemónica es una labor pocas veces encontrada, y es la que convierte una imagen literaria en un icono, una persona en un signo.
Diferencias sociales
La fotografía es esencial en este proceso, desacraliza (para bien o para mal) las diferencias sociales. Siempre se ha visto al otro, al ser lejano, al diferente; pero hasta hace muy poco no se ha tenido la oportunidad de disfrutarlo, apreciarlo, comprenderlo.
Javier Silva Meinel rompe la barrera de la documentación étnica y crea una nueva forma para la que la fotografía (y el arte) no estaban preparados. Crea una escena en la que el Otro pasa de objeto observado a protagonista; genera un quiebre de ejes en el que las reglas reemplazan la observación por el respeto, la cualificación por la empatía. Este es el camino que abre la fotografía actual hacia una etnografía participativa, hacia una creación compartida. Sin disputas, sin guerras, basada en el entendimiento y la colaboración.
Sobre el artista
Javier Silva Meinel (Lima, 1949) inicia su labor como fotógrafo en 1971 y se dedica al paisaje y al trabajo comercial. A partir de 1984 incursiona en el retrato, interesado en los rituales, costumbres y fiestas religiosas andinas, así como en el mundo del nativo amazónico. A su primera exposición individual –En busca de una intención fotográfica (1978)– le siguen periódicamente una serie de muestras individuales y colectivas en su país y en el extranjero.
Sus obras se encuentran en colecciones privadas y en museos como el Brooklyn Museum, Houston Museum, Museum of Photographic Art de San Diego, Museo de las Américas, Denver, Colorado, Museo de Arte de Nueva Orleans y en el Museo de Arte de Lima.
Entre sus publicaciones se encuentra El Libro de los Encantados, en 1988; Acho, Altar de Arena, en 1992; Perú, fiestas y costumbres, en 1997; Calendario Perú, Tiempos de fiesta, en 1998. Visiones de Machu Picchu (2011 y 2012) se publica en España en la colección PhotoBolsillo de La Fábrica.