Jeremy Deller es un artista que se pregunta por las paradojas de la cultura popular, en particular de la cultura británica en el marco de una sociedad post-industrial. Desde la década de los 90 ha generado una serie de prácticas y acontecimientos en los que están operando los diversos deseos y tensiones sociales, así como las diferentes representaciones existentes en torno a la identidad, la historia y la comunidad.
Y todo esto es lo que Cuauhtémoc Medina y Amanda de la Garza, comisarios de la muestra, han querido poner de manifiesto en el CA2M. Como afirma Medina, «Deller ha hilvanado la investigación de los procesos históricos sociales con la interacción con la cultura popular. La relación entre investigación e intervención como dos ejes que están constantemente en paralelo».
En este sentido, Medina destaca que en la obra del artista se ve «una gran preocupación por entender qué transiciones, qué cambios y qué desafíos han implicado el paso de la industrialización a la desindustrialización, como el horizonte donde se localizan nuestras políticas o nuestra relación con el consumo».
Lo popular
El artista se aleja de aquellas prácticas artísticas que buscan producir instancias comunitarias bajo las paredes blancas del museo. En su lugar ha adoptado el espacio público como el sitio desde donde preguntarse por cómo se configuran los signos y símbolos de lo popular, las relaciones entre baja y alta cultura, por la manera en que circula la cultura de masas y la de la clase media, sobre la fluidez de la cultura pop y la música como vehículo de energías sociales inagotables. La fiesta, el aburrimiento, la no-acción, el extrañamiento y la diferencia social aparecen como medios de producción artística.
Esta exposición rastrea tres elementos clave en su obra: su forma de distanciarse, a través de gestos artísticos y acciones, del circuito artístico tradicional y del museo; la forma en que genera momentos colectivos a través de la creación de situaciones de interacción social, donde lo popular ocurre como ficción y como realidad, y por último, la manera en que el artista toma posición en relación a la historia por medio del seguimiento de personajes que encarnan cambios o signos históricos, o bien, a partir de la construcción de reactuaciones (reenactments), donde la vida y la historia ocurren una vez más.
El ideal infinitamente variable de lo popular está articulada en torno a tres ejes: They fucked you… (Ellos te joden), Miner´s stories (Historias de mineros) y An artist of the people (Un artista del pueblo). En cada uno se tratan temas diversos, como el circuito del arte, la cultura obrera en Inglaterra y la cultura popular británica. Esa aproximación hacia lo popular y hacia la cultura pop de los años 90 está impregnada de humor.
Arte, memoria e historia
A partir de la recreación de situaciones relacionadas con eventos históricos, Deller, Premio Turner 2004, indaga en sus obras en la relación entre arte, memoria e historia. Así se hace evidente en piezas icónicas como The Battle of Orgreave (2001), donde reunió a casi mil personas en una recreación de una confrontación de la huelga de mineros de 1984; o bien, a través del rescate de personajes, como el de So Many Ways To Hurt You. The Life And Times of Adrian Street (2010), pieza en la que retrata la vida de un luchador profesional travesti que proviene de una familia de mineros de carbón.
El visitante se encuentra con un discurso expositivo distinto en el que el artista le hará viajar hasta su propio universo. Según Amanda de la Garza, esto se consigue con la primera de las piezas que se encuentran situadas en la entrada de la muestra. En esta se recrea la habitación de juventud que Deller tenía en casa de sus padres, se trata de una pieza con la que «se entra, de alguna manera, en ese universo generado por el artista, pero no es una reconstrucción museográfica, porque si abrimos los cajones del armario nos encontramos con elementos y obras que Deller creó en una etapa muy temprana».
Con esta exposición los comisarios han querido que se tenga la sensación de pasear por diferentes escenas, desde «la casa de una persona a una especie de hall de un café, a estar en un cine barato en un pueblo secundario en la costa del norte de Inglaterra», explica Cuauhtémoc Medina.
Tras su paso por el CA2M, la muestra podrá verse a lo largo de 2015 y 2016 en el MUAC, Museo Universitario Arte Contemporáneo [1] (México DF), y en la Fundación PROA [2] (Buenos Aires), como continuación de la colaboración ya establecida entre las tres instituciones.
Hombre de mundo
Jeremy Deller pertenece a la genealogía de los que, como argumentaba Charles Baudelaire hace siglo y medio, no entienden al artista como «siervo» de sus medios, sino como «hombre de mundo» que «aprecia todo lo que pasa en la superficie de nuestra esfera» y tiene la curiosidad como punto de partida. Pero así como Baudelaire enfrentaba, a mediados del siglo XIX, el desafío de una belleza revolucionada constantemente por el «ideal infinitamente variable de la felicidad», Deller registra un mundo de pasiones sociales multiplicadas. El arte no puede pretender superioridad con respecto a ninguna de ellas, tan sólo puede plantearse el hecho de contener y subrayar la energía de la colectividad.