Nacido en Inglaterra en 1933, Mayall emprendió el estudio del piano a la edad de 14 años en la Manchester’s Junior School of Art. Pronto añadió a este instrumento la guitarra y la armónica. Con todo, la oportunidad de dedicarse profesionalmente a la música no surgiría hasta 1962, al calor de la apertura en Ealing del primer club dedicado al blues. Una nueva generación de músicos, armados de amplificadores, guitarras y armónicas, empezó a abrirse paso en un ambiente dominado hasta el momento por un sonido jazzístico más tradicional. Fue entonces cuando Mayall se decidió a abandonar su trabajo como diseñador gráfico y, tras trasladarse a Londres, formó The Bluesbreakers, al tiempo que acompañaba a otros grandes del blues como John Lee Hooker o T-Bone Walker en sus primeras giras.
Un maestro de grandes
Tras abandonar The Yardbirds, Eric Clapton se une a Mayall como nuevo guitarrista de su formación. De esta colaboración nacería un álbum ya histórico, John Mayall’s Bluesbreakers featuring Eric Clapton. Cuando Clapton, poco después, deja la banda para formar Cream, inaugura una tradición de estrellas en ciernes que, formadas bajo el liderazgo de Mayall, emprenden posteriormente una exitosa carrera con otros grupos. Este es el caso de Peter Green, John McVie y Mick Fleetwood, que se convirtieron en Fleetwood Mac, Andy Fraser (fundador de Free) y Mick Taylor (quien se unió a los Rolling Stones).
En 1969, tras el éxito obtenido en Estados Unidos con su canción Room to move, Mayall se instaló en Los Ángeles y empezó a trabajar con músicos locales. Tras una breve reunión de los Bluesbreakers originales en 1982, en 1984 reestructuró el grupo, que incluiría en los años sucesivos a dos auténticas estrellas por derecho propio, los guitarristas Coco Montoya y Walter Trout.
En 2008, tras décadas en activo, Mayall anunció la disolución de la banda y surgieron rumores acerca de una retirada del artista, desmentidos al año siguiente con la aparición de un nuevo disco, Tough, en el que, haciendo honor a su título, el músico demostraba seguir en plena forma.
A sus ochenta años, el «padrino del blues británico» continúa deleitando a sus fans y declara que «revivido y revitalizado sigo en marcha».