Para Carlos Arenas, su comisario, la exposición se adentra en un «universo perturbador, trágico y grotesco, misterioso, poblado por figuras en descomposición o que se metamorfosean, por monstruos y extraños seres mutantes que circulan por estancias y espacios degradados, en arquitecturas palaciegas de otra época, impregnadas por una atmósfera teatral y melancólica».

En el recorrido destacan óleos como El sueño anclado, que da título a la retrospectiva, o Memoria metereológica. De su faceta de ilustrador se presentan obras como la portada e ilustraciones de La metamorfosis de Kafka, y además, se presentan bocetos, dibujos, carteles y programas.

La exposición forma parte de un proyecto más amplio, una muestra antológica y merecido homenaje a la trayectoria artística de Hernández, compuesta por más de 150 obras, que se abrió al público simultáneamente en dos sedes: el Centro del Carmen (Valencia), que es la que ahora se expone en la Real Academia, y el Palacio Joan de Valeriola, también de Valencia.

Esta muestra ha sido organizada por la Subdirección General de Promoción de las Bellas Artes del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte en colaboración con la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando y el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana.