A medio camino entre la calcografía y la fotografía contemporánea, Ortiz Echagüe es un artista clave por la singularidad de su trabajo, pero a la vez difícil de clasificar. Podría decirse que su carrera comenzó y terminó en África y precisamente ese es uno de los puntos que pretende señalar esta exposición.
El propio Javier Ortiz Echagüe, comisario de la muestra y nieto del autor, reconoce que fue en Marruecos donde se produjo su época de experimentación más fecunda, y que de ella nacería el método de trabajo que aplicaría en las cuatro grandes series temáticas recogidas en los libros Tipos y trajes (1930), España, pueblos y paisajes (1939), España mística (1943) y España, castillos y alcázares (1956).
La muestra recoge, además, dos tipos de fotografías muy diferenciadas. La fotografía militar propiamente dicha, con una finalidad más práctica: imágenes que debían permanecen en archivos, y la fotografía creativa, centrada en el retrato de tipos populares y escenas costumbristas, paisajes y otros temas que representaban la idiosincrasia de un lugar.
Experimentación y paisaje
Así, la primera parte de la exposición plantea cómo Ortiz Echagüe va a África siendo muy joven y empieza a trabajar como fotógrafo haciendo un reportaje etnográfico con un nivel de experimentación altísimo. «Tenemos ahí escenas instantáneas, escenas callejeras y extremas, muy marcadas, que recuerdan a las vanguardias fotográficas de los años 20 y 30. También imágenes completamente planas como retratos de mujeres muy abstractas, imágenes intervenidas directamente por él, rayadas… Muchas maneras diferentes de experimentar la fotografía», apunta el comisario.
Durante su etapa madura (que aparece en la segunda sala de la muestra) desarrolla un tipo de reportaje etnográfico también concebido durante su estancia en el norte de Marruecos y que más tarde desarrolla en Tipos y trajes, «aunque ya está ensayada en África con sus grandes retratos, con composiciones muy marcadas, muy estudiadas, con diagonales… luego la va a desarrollar en los años posteriores. A partir de la quinta edición de Tipos y trajes, en los años 40 y 50, recoge las obras africanas para incorporarlas y esa será su obra más característica de madurez».
Vuelta a Marruecos
En los años 60, Ortiz Echagüe regresa a África, pero el tiempo ha pasado y él ya ha hecho otros libros sobre paisajes y castillos de España, ha trabajado otras temáticas, por lo que vuelve como paisajista. «En su última serie ya no hay tantos retratos, no hay tantos primeros planos y no es algo tan demográfico. En esta etapa se aprecian mucho más las arquitecturas, los paisajes… y cuando aparecen personas no lo hacen en planos cortos sino en medio de ambientes un poco surreales, sin rostro… Todo se presenta de modo más abstracto que en sus primeros años. La mejor prueba de ello es Siroco en el Sáhara, una obra que retrata una tormenta de arena en el desierto, donde al captar arena con técnicas pigmentarias hace que se pierda mucho el grano y consigue que se vean los personajes en un escenario abstracto de nubes prácticamente indistinguibles».
Artista e industrial
José Ortiz Echagüe comenzó a realizar fotografías hacia 1898. En 1903 ingresó en la Academia de Ingenieros Militares de Guadalajara y tras ello sirvió en la Guerra del Norte de África. Obtuvo los carnés de piloto de globos y de aviación en 1911. Empresario relevante, en 1923 regresó a España y fundó Construcciones Aeronáuticas. En 1950 creó Seat, la primera industria española de fabricación de automóviles en cadena. Abandonó la fotografía tras perder la vista a los 87 años.
El Museo Universidad de Navarra tiene en su colección gran parte de su legado fotográfico, formado por 1.500 positivos originales y más de 28.000 negativos.