Comisariada por el historiador y crítico Pedro Luis Lozano Uriz [1], la muestra incluye más de 90 obras de Aquerreta, entre dibujos, pinturas y esculturas, además de cinco de Diego de Pablos y siete de José Antonio Jiménez. Su proyecto expositivo tiene como objetivo dar a conocer las principales motivaciones, influencias y temáticas del artista. Así, se exponen los géneros fundamentales de su trabajo: bodegón, paisaje y retrato, con obras realizadas entre los años sesenta y la actualidad, incluyendo dibujos fechados en los últimos meses.
En esta selección ha participado activamente el propio artista, quien desde el primer momento propuso que fuese una exposición colaborativa, visibilizando también el trabajo de De Pablos y Jiménez, con quienes comparte estudio y asuntos pictóricos, lo cual resulta innovador, pero no sorprende en un creador que coloca a la persona en el centro de su producción.
Homenaje
La consejera de Cultura y Deporte de Gobierno de Navarra, Rebeca Esnaola, destaca que “nos hace especial ilusión rendir este merecido homenaje en forma de gran exposición; amplia, diversa, llena de matices, en la que contemplamos la autenticidad del artista. Toda su trayectoria se ve proyectada en varios espacios que permiten al visitante contemplar su recorrido personal y creativo, quizá sólo comprensible desde la compasión, o desde el amor”.
El comisario, por su parte, destaca que el arte de Juan José Aquerreta nace del dolor. “El sufrimiento ha sido una constante en este pintor y de ahí surge una relación con la filosofía de Schopenhauer: «Toda vida es dolor». Ahora bien, frente a la agonía atea del filósofo alemán, Aquerreta encuentra en la fe en Cristo un proceso de redención”. Esto da sentido no solo a su trabajo pictórico sino a todo su existir y le permite ponerse en marcha en el camino de la serenidad y la paz. Ahí surge la segunda parte del título de la muestra, Heian shodan (paz y tranquilidad), primer kata de karate Shotokan, deporte practicado por el artista durante años y en el que ha alcanzado el cinturón negro.
El sufrimiento de la vida se expresa en la primera sala de la exposición con obras muy representativas que sintetizan la visión del ser humano como un esclavo encadenado a los deseos y al sufrimiento (Huida del esclavo de Saturno n.º 1). El hombre es un ser trágico, capaz de verse abocado incluso a los límites del suicidio (Apolo ingrávido, 2º Nacimiento). Ahora bien, este ser doliente puede encontrar su salvación en el mensaje de redención de Cristo, simbolizado por el Díptico de San Esteban. Este cuadro, el retablo mayor de la Parroquia de San Esteban de Gorráiz, interpela directamente al espectador, invitándole a reflexionar sobre el camino que desea tomar en su vida: bien la negación o repulsa o bien la aceptación de la Buena Nueva, representada por la figura de san Pablo. Aun así, Aquerreta recuerda que esta última alternativa no es una opción unipersonal, sino que para ella es necesaria el don de la fe, simbolizado por un cuadro abstracto, dado que la fe es invisible (Díptico de la Fe).
Montaje
En esta búsqueda de la paz y la serenidad tan importante es la fe como el combate contra la esclavitud de los deseos y las tentaciones ególatras del yo; por ello, tanto la vida como la obra de Aquerreta tienen un importante componente ascético, algo muy visible en sus vacíos pictóricos, en sus texturas y en la reducción de los elementos compositivos. En toda su obra se desarrolla un proceso de síntesis formal. De esta manera se logra alcanzar un equilibrio entre idealismo y naturalismo, al tomar como referentes objetos, paisajes y personas de su entorno cercano, de su cotidianidad.
Las claves estéticas que le ayudan en este proceso son singularmente opuestas. Por un lado hay una profunda relación con el clasicismo y la estética primitiva, algo visible en su relación con la escultura clásica griega, el Picasso neoclásico, los pintores del Cuatrocento italiano y el mundo oriental de los iconos. Frente a ellos, Aquerreta apuesta por la modernidad, con referencias vanguardistas como Matisse y el Arte Pop, con figuras como Warhol, muy importante en su interés por las series, los retratos fotográficos y su relación con el mundo de los iconos.
Huir del ego
Este último aspecto, el de los iconos religiosos, está muy presente en sus últimos trabajos y se muestra en la sala 3.8, donde también se incluye el trabajo de los otros dos artistas, que trabajan el género del retrato. Esta sala tiene que ver con la primera parte del título de la exposición, …y semejanza, y hace referencia al mensaje bíblico de que los hombres hemos sido hechos a imagen y semejanza de Dios. De esta manera, los rostros de cualquier ser humano: niños, ancianos, mujeres u hombres, incluido el de Jesús, tienen una relación de semejanza común al ser todos hermanos, hijos de Dios.
Por otra parte, el icono es un lenguaje que le permite huir del ego del artista y de la tentación del yo. Al trabajar sobre una imagen dada, el pintor puede salir de sí mismo, gracias a lo cual logra renunciar a su personalidad, defendiendo así su necesidad de sentirse libre, indefinido y abierto.
En definitiva, con esta variedad de influencias consigue escapar tanto de la pintura efímera impresionista como del ego del expresionismo, alcanzando una solución personal, casi indefinible, donde se une lo primitivo y lo moderno, lo religioso y lo mundano, el ideal, lo real y la abstracción. Aquerreta escapa así a todas las definiciones y solo es comprensible desde la compasión, desde el amor a todo hombre, naturaleza u objeto… La creación vista como un todo unido; un mismo modelo vivo que puede pintarse, incluso, como un autorretrato.
Y además…
Para la ocasión se ha elaborado un catálogo que incluye, además del texto del comisario, otros de Juan Manuel Bonet y de Francisco Calvo Serraller (1948 – 2018) recuperado para la ocasión. Este publicación, de la cual se han impreso 300 ejemplares, puede adquiriste en el Museo de Navarra y en la tienda de Publicaciones sita en la calle Navas de Tolosa en Pamplona.
– ¿Quiere descargar el catálogo [2] de la exposición?
– Programa de visitas acompañadas. [3]
– Actividades complementarias:
Mesa redonda. ¿Podemos pintar a Dios? Debate interreligioso. 19 de abril, 19.30 h. Museo de Navarra. Moderada por el comisario, intervendrán Ion Raducu, párroco de la Iglesia Ortodoxa Rumana en Navarra; Fermín Labarga, profesor de la Facultad de Teología de la Universidad de Navarra, y Alfonso Nahum, experto en cultura judía.
Conferencia de Pedro Luis Lozano Uriz. Aquerreta, un primitivo contemporáneo. 3 de mayo, 19.30 h. Museo de Navarra.