Respetando la dramaturgia de La Cenicienta y la partitura de Prokofiev, el coreógrafo Thierry Malandain aporta una visión muy personal a este ballet, explorando ciertos temas que le gustan especialmente. Es el recorrido de una estrella, un camino que pasa por la duda, el rechazo, el sufrimiento y la esperanza para llegar por fin a la luz.
Su Cenicienta nace para “escapar de la negrura de las cosas demasiado reales, de la ignorancia y la necedad humanas”. El Malandain Ballet de Biarritz pone su creatividad y su energía al servicio de una historia hecha de cenizas y de magia, a ratos trágica, a ratos cómica, que describe algo universal.