La exposición, organizada por la Fundación ‘El legado andalusí’ y el Patronato de la Alhambra y Generalife, reúne más de 50 piezas procedentes de fondos propios de la Fundación y está articulada en diversas áreas que abordan la astronomía, geografía y navegación, ingenios mecánicos, arquitectura, medicina y personajes ilustres como al-Zahrawi y Azarquiel, agronomía e hidráulica y música. Ofrece también la visita a un huerto-jardín y a un área de talleres educativos.
En la capilla del Palacio de Dar al-Horra [1] puede contemplarse una colección de réplicas de cuadrantes solares, astrolabios de distintas procedencias, ecuatorios, clepsidras de agua, de mercurio, el reloj de candela de Alfonso X el Sabio o el reloj elefante de al-Yazari.
La arquitectura fue una de las disciplinas más destacadas de la cultura andalusí. Los árabes que llegaron a la Península asimilaron la tradición romano-visigoda y aportaron sus propios elementos innovadores. Entre los elementos arquitectónicos destacados en la muestra se encuentran una reproducción de una yesería policromada de la Alhambra, piezas relacionadas con la carpintería de tradición hispano-musulmana, piezas de alicatado, azulejos de cuerda seca y una maqueta mudéjar.
En cuanto a medicina, se sabe que los procedimientos médicos de época andalusí fueron muy avanzados ya que se practicaban un amplio número de intervenciones, como, por ejemplo, las operaciones de cataratas o las traqueotomías. Tambien destaca el tratado médico del cordobés al-Zarahwi.
El visitante también puede contemplar una maqueta del sistema hidráulico de La Malahá y Generalife con el sistema de aterrazamientos y, por otro lado, en las dos vitrinas de música hay instrumentos relacionados con la música andalusí como el rabab y el qanum. Todo ésto con el jardín del Palacio como marco. A través del mismo, el visitante tiene la oportunidad de conocer este mundo del agua, la agricultura, los olores, sabores y fragancias: arrayán, orégano, rosa, azahar, hierbabuena, higuera, manzano y el curry.
La presencia del agua queda reforzada con un tramo conservado de la acequia de Aynadamar que suministraba el agua canalizada a Dar al-Horra a través del Arco de las Monjas, que aún se puede apreciarse en la calle contigua.
El Palacio de Dar Al-Horra abre sus puertas en el Albaicín alto, origen de la Granada musulmana y sede de los reyes zirís, en una encrucijada de callejones estrechos y muros que esconden la intimidad de encantadores cármenes. Dar Al-Horra significa «Casa de la honesta», y fue la última residencia de la sultana reina Aixa, la esposa legítima del sultán Muley Haccen, ambos padres de Boabdil, el último rey de Granada. Fuera de la Alhambra, Dar Al-Horra es el más esclarecedor ejemplo de la arquitectura palatina, su estructura y decoración son las características del arte nazarí.