Comisariada por Lola Durán, la exposición incluye piezas creadas en los años de actividad del grupo, desde su constitución en 1957 hasta su disolución en 1960, revelando la plasmación plástica de su inquietud creativa mientras compartía el compromiso de romper con los cánones imperantes. Incluye, además, algunas de sus obras más destacadas, que formaron parte de las exposiciones internacionales de referencia que protagonizaron durante ese periodo.
El conjunto expositivo aglutina las diferentes disciplinas que trabajaron sus autores: pintura, con piezas al óleo y técnica mixta que combina el uso del pigmento con otros materiales como tela metálica, alambre o metal; dibujo, con piezas en tinta china, dibujo o gouache sobre papel; y la escultura en materiales como el hierro o la piedra. Un legado diverso que refleja la singularidad de cada creador, canalizada en una visión e impulso común de crítica y oposición a los cánones clásicos.
La exposición se completa con una recopilación de documentación original, algunas de sus principales ediciones y publicaciones, y ejemplares de catálogos de las muestras en las que participaron.
La gestación de El Paso se produjo entre 1955 y 1956. En febrero de 1957 se constituye el grupo en Madrid y un mes después se publica su Manifiesto, escrito por el crítico de arte José Ayllón y firmado por todos, que declara en sus primeras líneas la voluntad compartida de «vigorizar el arte contemporáneo español, que cuenta con tan brillantes antecedentes, pero que en el momento actual, falto de una crítica constructiva, de marchands, de salas de exposiciones que orienten al público y de unos aficionados que apoyen toda actitud renovadora, atraviesa una aguda crisis».
Su primera exposición se celebró en abril de 1957 en la Galería Buchholz de Madrid. Junto con su actividad de agitación del panorama artístico en España y de configuración de la vanguardia de posguerra, el colectivo tuvo la oportunidad de participar en importantes exposiciones internacionales, como la Bienal de São Paulo (1957), la Bienal de Venecia (1958) y la muestra New Spanish Painting and Sculpture (1960) en el MoMA de Nueva York. La última exposición del colectivo antes de su disolución tuvo lugar en octubre de 1960 en la Galería L’Attico en Roma.
Las obras presentadas proceden de cerca de treinta colecciones institucionales y particulares, como las colecciones de familiares y sucesores de los artistas, el Institut Valencià d’Art Modern (IVAM), el Instituto Aragonés de Arte y Cultura Contemporáneos-IAACC Pablo Serrano, MACVAC- Museu d’Art Contemporani Vicente Aguilera Cerni de Vilafamés, Colección de Arte Contemporáneo Fundación “la Caixa”, Colección CaixaBank, Legado de Juana Mordó (Patrimonio Círculo de Bellas Artes de Madrid), Biblioteca Museu Víctor Balaguer, Galería Guillermo de Osma, Colección Mariano Yera, Colección Fernán-Gómez Arte Contemporáneo, Colección Javier Lacruz, Colección Antonio Cátedra o Azahar Global Capital.
Un paso hacia adelante
Lola Durán
La segunda mitad de los años cincuenta del siglo XX es un momento de despertar en el arte español. Una joven generación de artistas se abre paso en el yermo panorama cultural que se arrastra desde el final de la guerra civil, y protagonizan una renovación plástica. Reclaman un compromiso con la abstracción y propugnan un arte «recio, profundo, grave y significativo».
El grupo El Paso se presentó públicamente en Madrid en 1957 a través de una declaración de principios y un boletín, siendo sus fundadores Rafael Canogar, Luis Feito, Juana Francés, Manolo Millares, Manuel Rivera, Antonio Saura, Pablo Serrano y Antonio Suárez, con la colaboración de los críticos Manuel Conde y José Ayllón. En los años siguientes, Martín Chirino y Manuel Viola incorporarían sus nombres al grupo.
El nacimiento del grupo concitó la voluntad de creadores de unos y otros lugares, unidos por la intuición de provocar un clima nuevo, por la necesidad de ensanchar límites, por la sed de crear sin corsés, por la creencia de que no hay arte sin libertad, ni libertad sin humanidad.
Tomando como base la profunda tradición artística ibérica, reclamaban una actualización y vieron la oportunidad de ponerla acorde con los tiempos que corrían. Asumieron el informalismo, una pintura de acción en la que a través del gesto automático y del trazo violento se expresan los estados de ánimo. Era una vía para canalizar su conciencia social y política, y el instrumento idóneo para romper las estructuras tradicionales y manifestar libertad.
Los planteamientos del grupo suponen una revolución en el aletargado mundo creativo español, al tiempo que la agrupación alcanza una gran dimensión internacional.
A pesar de su corto periodo de vigencia, El Paso abrió un importante capítulo en la historia del arte español, un arte más libre y con una idea clara de compromiso.