Tras el éxito de su última exposición dedicada a la melancolía en el Siglo de Oro español, el Museo dedica su propuesta de verano a uno de los momentos más brillantes de la escultura medieval alemana, prácticamente desconocida en nuestro país y caracterizada por una gran fuerza expresiva y el empleo de materiales similares a los hispánicos, como la madera.
Conscientes de lo que supone presentar en España por primera vez la escultura alemana de este período, la exposición se propone comprender el fenómeno en su totalidad, con sus conexiones religiosas, culturales y cívicas, más allá de las escuelas locales o de los nombres propios.
La muestra se caracteriza por la variedad en la iconografía a través de una cuidada selección de obras realizada por los directores del proyecto, María Bolaños y Julien Chapuis, directora y director respectivamente del Museo Nacional de Escultura y el Bode Museum de Berlín, que pretende mostrar la originalidad y las referencias más significativas en las décadas anteriores a la Reforma protestante.
Últimos fuegos góticos nace en un cruce de miradas entre dos de los museos nacionales de escultura más ricos y antiguos de Europa. El centro español acordó colaborar de manera significativa con la ambiciosa exposición que se exhibe este verano en la Gemäldegalerie de Berlín, El Siglo de Oro. La era Velázquez, a la vez que realizó un ofrecimiento a su equivalente en Berlín, el Bode Museum, para presentar en Valladolid su colección de escultura alemana.
En torno a 1500, los escultores alemanes llenaron los altares y los retablos de las iglesias de las ciudades del sur de Baviera, Suabia o Renania con figuras sagradas y escenas devotas llenas de vehemencia y encanto visual. A través de ellos se comprende mejor ese ardiente momento de la historia europea, en vísperas de la Reforma protestante, en que se abandona la tierra firme de las certezas medievales y se inaugura un ciclo histórico.
Al tratarse de obras frágiles, este tipo de colecciones apenas salen de sus museos, dadas las exigencias en materia de conservación que implica su traslado. Su presentación en el Museo Nacional de Escultura ofrece una ocasión sin precedentes.