España años 50 es un trabajo documental, un álbum fotográfico sobre los pueblos y gentes de España que Saura fue descubriendo en sus diversos viajes por el país. Estas imágenes nos retrotraen a un tiempo que parece lejano y a unos lugares que ya apenas reconocemos. Una España mísera, de pueblos con calles sin asfaltar, con casas de adobe y piedra, de campesinos que se resguardan del frío con mantas, de hombres cuyo único medio de transporte son las carretas tiradas los burros o mulos, de mendigos, de mujeres vestidas de negro… Pero también una España de gentes abiertas, sencillas y trabajadoras. Una España que refleja la vida y costumbres de sus lugareños, con sus matanzas, sus vaquillas y novilladas, sus corridas de toros, sus fiestas (como la Semana Santa y las Fallas) y sus ritos. Una España con una gran riqueza cultural, resultado de múltiples influencias, como la de los musulmanes, presentes en la península durante varios siglos.
A mediados de siglo pasado España era un país que interesó a muchos fotógrafos tanto españoles (Ramón Masats, Català-Roca, Joan Colom…) como extranjeros. Con la apertura de las fronteras, debida a acontecimientos de política internacional, llegaron numerosos fotógrafos, convertidos más tarde en grandes protagonistas de la historia de la fotografía: Eugene Smith, Henri Cartier-Bresson, Inge Morath que realizó varios viajes por toda la península y cuyo trabajo fue recogido en un libro publicado en nuestro país en los 90, Brassaï que visitó Andalucía e hizo un importante reportaje sobre la Semana Santa, Elliott Erwitt, Robert Frank o Herbert List, entre otros.
Todos ellos dan cuenta en sus reportajes de esa España triste y negra sumida en la pobreza, pero también de esa España que conserva sus ritos, sus fiestas y costumbres. Al igual que ellos, la mirada de Carlos Saura sobre esa España y sus gentes es de empatía con un pueblo que había sufrido los estragos de la guerra civil y seguía sufriendo la pobreza y la falta de libertades.
Fotógrafo social
Aunque reconocido internacionalmente por sus películas, Carlos Saura ha venido compaginando su labor de director con la de fotógrafo. Debutó en la fotografía a una edad temprana y tuvo su primera exposición en la Real Sociedad Fotográfica de Madrid en 1951. Durante varios años trabajó profesionalmente como reportero fotográfico cubriendo los Festivales de Música y Danza de Granada y Santander.
El diario ABC publicó una de sus fotos en portada y la revista Paris-Match le llegaría a ofrecer un puesto como fotógrafo de plantilla. Ha realizado retratos, fotografiado la ciudad y sus gentes, sus pueblos, su entorno familiar y social, la calle. Desde entonces no ha dejado de utilizar su cámara, haciendo retratos de su familia y de su entorno, fotografiando sus rodajes y realizando fotografías pintadas a las que denomina “fotosaurios”.