Comisariada por Víctor Zarza, crítico de arte y profesor de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, la exposición presenta una galería casi fotográfica de una España situada entre dos siglos. El espectáculo de la ilustración se centra en el trabajo que Méndez Bringa llevó a cabo para la revista Blanco y Negro y se estructura en torno a cuatro bloques temáticos que representan los mundos en los que se movía el creador.
El primero de ellos tiene que ver con el Estilo, y en él se puede ver su evolución desde un tipo de realismo casi fotográfico hasta otro con predominio de la línea como recurso gráfico; la segunda sección se titula Cronista de su tiempo, y muestra el carácter documental de su obra, que recoge el testimonio impagable de múltiples aspectos de la vida cotidiana en España, desde el periodo de la Regencia hasta los primeros años de la Segunda República; Ilustrador polifacético presenta la destreza que demostró con la estampa de diferentes temáticas, y finalmente Mujeres, donde se muestran sus retratos femeninos de aspecto juvenil, bello y refinado.
La exposición reúne ilustraciones originales, bocetos, apuntes, ejemplares de revistas, postales, fotografías y documentos. La mayor parte procede de los fondos del Museo ABC, que conserva en torno a tres mil quinientos originales. A este material se han sumado obras prestadas tanto por instituciones (Universidad Complutense de Madrid y Archivo ABC) como por particulares (Rafael Merino de Cos, Begoña Summers de Aguinaga y Colección JANO).
Temática variada
Narciso Méndez Bringa fue capaz de dibujar cualquier clase de tema con una envidiable precisión, bien fueran estos de carácter histórico (Roma, Grecia, China…) o reflejo de la más candente actualidad (las guerras de Cuba o Filipinas), pero también escenas de la Belle Époque o incluso se adentra en un universo de ciencia ficción.
Especialmente importante para él era la figura de la mujer. A través de sus ilustraciones se descubre el aspecto de las mujeres de la época, la moda, los vestidos y sus complementos. También fueron abundantes sus piezas para acompañar obras de autores como Vicente Blasco Ibáñez, Jacinto Benavente, Emilia Pardo Bazán o Benito Pérez Galdós, entre otros.
Su obra se caracteriza por un trazo fino, un exquisito detalle en las escenas y una manera muy peculiar de captar la luz. Sus trabajos presentan un alto grado de definición con formas inequívocas, netas, perfectamente visibles y escrupulosamente precisas. En palabras de Víctor Zarza, «su estilo se caracteriza por poseer una sólida base dibujística, muy preciso a la hora de definir las formas; hasta tal punto es así que, a la vista de sus trabajos, se tiene la convicción de que Méndez Bringa fue capaz de dibujarlo absolutamente todo. Detallista, sin llegar a resultar abrumador, con excelentes dotes para la representación de la realidad y con un gran sentido de la composición».
Maestro de la ilustración
Narciso Mendez Bringa publicó su primer dibujo a los 11 años, en un periódico que solo se ocupaba de crímenes, cuyo título era Ocurrencias. Más tarde cursa estudios en la Escuela Especial de Pintura, Escultura y Grabado. Allí coincide, entre otros, con Santiago Regidor, Ángel Díaz Huertas, Juan Martínez Abades, Julio Gros, Maximino Peña, Enrique Martínez Cubells, Mateo Inurria, José Garnelo y Aniceto Marinas.
Ilustrador vocacional, su carrera en este campo se inició, apenas acabados sus estudios, en la célebre Ilustración Española y Americana y, casi simultáneamente, como ilustrador infantil en la mítica editorial de Saturnino Calleja. Fue el autor de numerosas portadas para libros. Obtuvo dos medallas en la sección de Pintura en sendas Exposiciones Nacionales de Bellas Artes, junto a pintores de la talla de Joaquín Sorolla, Santiago Rusiñol, José María López Mezquita o Aureliano de Beruete, y una medalla de primera categoría en la Exposición Nacional de Arte Decorativo en 1911.
Asimismo colaboró con diversas publicaciones, entre las más prestigiosas de la época, hasta llegar a Blanco y Negro, donde desarrolló la mayor parte de su ingente producción.