Abierta al público en la sala 60 del edificio Villanueva, esta muestra abarca desde estudios anatómicos hasta composiciones preparatorias, reflejando la influencia de Jacques-Louis David (1748-1825), maestro de José de Madrazo (1781-1859), y el peso del clasicismo que marcó su trayectoria.
Comisariada por Carlos G. Navarro, conservador del Área de Pintura del Siglo XIX del Prado, desvela cómo Madrazo reinterpretó la iconografía del juramento. Con una mirada profunda sobre temas como el heroísmo y la virtud, proyectó en estas obras tanto la influencia de la estatuaria clásica como la intensidad de los ideales neoclásicos, adaptando esta simbología para representar una identidad nacional en un momento de intensas transformaciones políticas en España.
El recorrido expositivo incluye dibujos como La muerte de Lucrecia, La muerte de Viriato o La destrucción de Numancia, obras en las que el juramento adquiere un significado político profundo. En ellas, Madrazo traslada este símbolo, en sus diversas formas, como expresión de resistencia y patriotismo, cargando de emotividad cada trazo y línea.
Estas obras representan el pulso de una España en transición, donde los valores cívicos y el compromiso ciudadano resuenan en cada composición, reflejando los desafíos y contradicciones de la época.
Cada obra exhibida permite al visitante aproximarse a la técnica minuciosa y al proceso creativo del pintor, al tiempo que invita a repensar su contribución al neoclasicismo español. Esta muestra se convierte así en una ventana al estudio de la evolución artística e ideológica de Madrazo, ofreciendo la oportunidad de comprender el contexto político y cultural de su tiempo a través de la fuerza simbólica de sus dibujos.
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Resistencia e identidad nacional
Impresionado por la figura de su maestro, el pintor Jacques-Louis David, con quien se formó en París entre 1801 y 1803, José de Madrazo fue asimilando durante sus primeros años de carrera en Italia las enseñanzas recibidas en la capital francesa.
Antes de separarse, David le obsequió un dibujo preparatorio para el Juramento del Juego de pelota (h. 1790; Cambridge [Mass.], Harvard University, Fogg Museum). La pintura sintetiza uno de los principales hallazgos simbólicos de David, el juramento, creación iconográfica del francés que aludía a la virtud cívica y al patriotismo en el nuevo régimen surgido tras la Revolución Francesa y que encontró continuidad en la obra de Madrazo, bien es cierto que con una polisemia creciente que refleja los avatares políticos de España.
Los juramentos en los dibujos de Madrazo trascienden lo artístico, revelando su evolución ideológica. Aunque partió de la misma visión que su maestro, plasmada en La muerte de Lucrecia, pronto expresó una posición contraria, adaptada a una perspectiva patriótica española. Así, cargó de profundo significado político la Muerte de Viriato y la Destrucción de Numancia, donde los juramentos se convierten en símbolo de oposición a la llegada de las tropas napoleónicas a España.
Este discurso patriótico, gestado durante su trabajo para el exiliado Carlos IV, alcanza su culmen en el Heroísmo de la ciudad de Santander, donde la imagen del juramento refleja la idea de fidelidad patriótica al servicio de Fernando VII. Del último episodio de esa evolución de Madrazo, un gran cuadro que habría representado la jura de la Constitución por el rey Fernando, no se ha encontrado rastro gráfico.
Estos dibujos, fragmentos de un discurso político complejo, son el testimonio de la adaptación que Madrazo hizo de la iconografía del juramento ideada por David para forjar una narrativa de resistencia e identidad nacional. Las obras expuestas permiten adentrarse ahora en este recorrido por la mente de un artista comprometido con su tiempo.