La galería Marlborough [1] (Madrid) presenta Excavaciones, una exposición que incluye alrededor de una decena de carboncillos sobre papel del pintor Rafael Cidoncha [2] (Vigo, 1952).
Cidoncha es uno de los artistas más representativos de la vertiente figurativa mantenida en la pintura española de las últimas décadas a partir de la combinación entre el realismo más crítico y sustancial con la transfiguración onírica de los objetos cotidianos. Merced a esta mezcla, tan rica en resultados expresivos en los más diversos géneros, ha sabido compaginar el cultivo del retrato con la indagación en la inquietante observación de esa realidad analizada en sus interiores o naturalezas muertas.
Entre la tradición y lo nuevo
De ese cruce entre la tradición y lo nuevo, Rafael Cidoncha extrae una potencialidad única para vibrar a la par de su época, haciéndose portavoz de las tendencias, preguntas o dudas del hombre contemporáneo, lejos de cualquier autocomplacencia o cesión al gusto dominante. El eterno tema de la fugacidad, la melancolía y la lucha despiadada del alma con el tiempo, parece haber encontrado así una de sus miradas más modernas en sus alegorías del cambio y la transformación antigua de lo real.
Como interpreta Ignacio Gómez de Liaño, «Cidoncha no busca en sus ruinas los encantos aparentes en los que se deleitan los pintores del dieciocho (…). Lo que hay es otra cosa. Lo que el artista pone ante nuestros ojos son masas de piedras informes y de rotos sillares, una acumulación de arqueológicos detritus que afloran en una tierra áspera y ruda. Y lo que con esas extrañas y pétreas composiciones de lugar quiere decirnos, es: «No tengo la menor intención de encantaros con mis ruinas, ni de que disfrutéis según las consabidas pautas. Lo que quiero es invitaros a mirar dentro de vosotros mismos, como yo lo estoy haciendo ahora. Esta, esta es mi excavación. Y eso es lo que de verdad me interesa».