En la segunda mitad de la década de 1940, Kaprow estudia pintura junto con Hans Hoffman, desde entonces se interesa por su potencial performativo. A raíz de esto comienza a explorar primero los collages y más tarde los environments, instalaciones de objetos en las que invita a participar a los espectadores.
La influencia de Jackson Pollock en 1959, que mezcla el arte con la vida, le lleva a presentar su primer happening, titulado 18 Happenings in 6 Parts, una obra que es el punto de partida de la exposición que acoge la Fundació.
La pieza, una compleja coreografía donde se intercalan actividades cotidianas con acciones artísticas, ayuda al visitante a entender no sólo la evolución artística de Allan Kaprow, sino también el contexto histórico en el que se produce.
Conexión con el feminismo
De entre los temas en los que Kaprow trabaja hay que destacar la conexión, en la década de 1960, con el movimiento feminista estadounidense, que se refleja en piezas como Birds (Pájaros) y Household (En familia), ambas de 1964, o su interés en las prácticas colaborativas y la posibilidad de crear redes de trabajo, como hará en Self-Service (1966), así como en Fluids (1967), donde el material utilizado, el hielo, hace referencia a la capacidad de transformación no sólo de los materiales sino también del ser humano.
Los experimentos pedagógicos, centrales en su trabajo, se ponen en práctica a través de Six Ordinary Happenings (1969). Y Sweet Wall, una pieza de 1970, nos acerca a su práctica más política, muy conectada con el desarrollo del movimiento Fluxus en Europa.
Estas piezas estarán situadas a lo largo de la exposición, recreadas por artistas y colectivos a partir de las instrucciones de Kaprow: site-specificity (especificidad del lugar), respetar el lugar y el contexto; impermanence (impermanencia), los happenings son acciones temporales puntuales; y doubt in art (duda en el arte), siempre cuestionar las acciones que se llevan a cabo.
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