En la obra de Cattelan destaca el uso de una amplia variedad de materiales, como son el neón, residuos y escombros, poliuretano, resina, fotografía e incluso animales disecados. El artista emplea la ironía para poner énfasis en los problemas sociales y políticos de su país, además de criticar el poscapitalismo y el entorno en el que se desenvuelve la actividad artística contemporánea.
Ante el trabajo de Cattelan, el espectador se cuestiona el porqué de la risa y del humor. En sus planteamientos afronta dilemas profundos sobre el arte, hace una crítica social y política de su país y también tiene pinceladas autobiográficas. “Hay ocasiones en las que siendo escandaloso o provocador se puede ayudar a llamar la atención sobre problemas de mayor calado”, explica el artista al describir su obra.
Racismo y mafia
Cronológicamente, la exposición comienza con una fotografía de la performance histórica Cesena 47 – A.C. Forniture Sud 12 (1991), que tuvo lugar en la Galería de Arte Moderno de Bolonia y en la que organiza un partido de fútbol entre dos equipos, uno de ellos compuesto únicamente por jugadores norteafricanos.
El artista emplea este deporte popular para poner el foco en los conflictos xenófobos que en aquel momento existían en Italia. El racismo, como fuente de conflictos, pero otros asuntos como la mafia, también se recogen en su trabajo. La obra Lullaby (1994), realizada con escombros y basuras recogidos del atentado de la mafia que afectó al Pabellón de Arte Contemporáneo de Milán en 1993, saca a la luz uno de los problemas más graves de Italia y le da visibilidad a estos hechos.
En la exposición también se puede ver la obra Il Bel Paese (1995), en la que la imagen idílica de Italia se reinterpreta de una manera muy visual. La pieza es una alfombra en la que se reproduce la etiqueta de un queso y uno de los productos más populares de Italia como un estereotipo de este país en el que es fácil imaginar las bondades del clima y su riqueza cultural. No obstante, al ser una alfombra será pisoteada por los visitantes a la exposición, consiguiendo desmontar esta versión idílica.
Religión y arte
La religión es otra fuente en la que se inspira Cattelan. El neón con su nombre, en el que introduce una tercera T, apunta a la imagen de las tres cruces. También en Christmas’95 (1995) la religión católica centra la obra, ya que consiste en un neón con forma de la Estrella de Belén en la que introduce el emblema de los Brigadas Rojas, organización terrorista cuyo símbolo era una estrella asimétrica de cinco puntas.
Pinceladas autobiográficas se pueden apreciar en la instalación Bidibidobidiboo (1996), en la que representa a una ardilla disecada que se acaba de suicidar postrada en una mesa. El mobiliario hace alusión a la vivienda en la que creció en Padua y de la que se marchó al cumplir los 18 años. El suicidio del animal representa la crisis existencial del paso de la adolescencia a la madurez. La melancolía y la tristeza que supone dejar atrás otras facetas de la vida.
Tampoco el mundo del arte está exento de su particular interpretación sarcástica. La Rivoluzione siamo noi (2000) es una instalación compuesta por una figura con su rostro, vestido con el traje de fieltro característico del artista alemán Joseph Beuys, que está colgado en un perchero. En esta pieza, Cattelan pretende despojar de misticismo y divismo todo lo que rodea al arte contemporáneo. Una obra más reciente, Untitled (2009), que consiste en una escultura de una mano realizando un gesto mundialmente conocido, es una crítica al poscapitalismo de las naciones más poderosas del mundo.