Estos modelos fueron creados por los modistos más célebres, Christian Dior o Cristóbal Balenciaga, entre otros, y por otros que han caído en el olvido, como Jean Dessès, Madeleine Vramant o Lola Prusac.
Durante la década de los años cincuenta, la alta costura y el prêt-à-porter constituyeron uno de los sectores más pujantes de la economía francesa y un auténtico caldo de cultivo en el que París volvió a ser la capital mundial de la moda.
A principios de 1947, Dior lanzó la primera colección de su casa de moda con una nueva silueta femenina llamada New Look. Armó gran revuelo en el mundo de la moda, pero también cosechó un éxito fulgurante que la convirtió en el emblema de toda una década.
Etapa crucial
Otros estilos no menos sorprendentes rivalizaron con el de Dior, como la línea barril de Balenciaga o la línea rompedora de Chanel de 1954. Los años cincuenta fueron una etapa crucial para la alta costura francesa, muy mermada por el crac financiero del año 1929 y, sobre todo, por la guerra.
En ese periodo experimentó un renacer protagonizado por grandes nombres como Jacques Heim, Elsa Schiaparelli, Balenciaga o Jacques Fath, de la vieja guardia, seguidos por Pierre Balmain, Christian Dior, Jacques Griffe, Hubert de Givenchy o Pierre Cardin. Todos contribuyeron al prestigio duradero de la moda francesa, sinónimo de lujo, elegancia y originalidad, y también a la voluntad de extender sus logros a las colecciones prêt-à-porter.
A través del recorrido expositivo se puede seguir la evolución de la figura femenina a lo largo del decenio 1947-1957, desde el nacimiento del llamado New Look hasta la muerte de Dior y la llegada de Yves Saint Laurent.
Esta exposición ha sido organizada con la colaboración de Palais Galliera (donde se exhibió entre julio y noviembre de 2014), musée de la Mode de la Ville de Paris, y Paris Musées.