La muestra, producida junto con diChroma photography, se acerca a tres grandes etapas de la trayectoria de Abbott, que aborda de forma consecutiva, y que tienen su reflejo en las tres principales secciones en que se organiza. Una cuarta sección, más pequeña, muestra el resultado de un viaje realizado en 1954 por Estados Unidos.
Topografías puede recorrerse de manera cronológica, empezando por los retratos de las personas –y personajes– que formaron parte de su círculo intelectual; continuando por las fotografías de paisaje urbano que recogen los cambios vividos en las décadas centrales del siglo XX el siglo en la ciudad de Nueva York y otros lugares de Estados Unidos; y terminando por una faceta inaudita y moderna como es la fotografía científica, con resultados sorprendentes y de un gran belleza plástica.
Retratos. Esta sección está integrada por 17 retratos de personas diversas de su círculo intelectual y personal. Se incluyen cuatro retratos de la misma Abbott realizados por otras fotógrafas –la alemana Lotte Jacobi (1896-1990) y la estadounidense Consuelo Kanaga (1894-1978)– y fotógrafos –Man Ray (1890-1976) y Walker Evans (1903-1975)– con los que tuvo una relación personal.
Changing New York. Incluye 39 fotografías de la ciudad. Además de por su carácter documental, de valor indudable, destacan sus propuestas técnicas en lo relativo al encuadre o al punto de vista, con perspectivas forzadas que ponen al espectador en un punto clave para entender la importancia de lo que ve.
Ciencia. La vertiente más científica de Abbott se muestra a través de 14 imágenes que acercan a distintos fenómenos como el paso de la luz por un prisma, el movimiento de caída de las gotas de agua o de un péndulo o la belleza plástica de un campo magnético.
US Route One, 1954. Incluye ocho fotografías realizadas en un viaje desde Maine a Florida por esa carretera.
Seis décadas apasionantes
Berenice Abbott, una de las fotógrafas más importantes del siglo XX, ejerció durante seis décadas. Nacida en Springfield (Ohio), estudió primero Periodismo en la Universidad de Ohio antes de trasladarse a Nueva York en 1918 para reorientarse y formarse en el arte de la escultura. Forma parte de la bohemia de la ciudad, comparte apartamento con la escritora Djuna Barnes y conoce a los artistas dadaístas, que están a punto de trasladarse a París, capital de la modernidad en aquel momento.
En 1921, con 22 años de edad, decide también instalarse en Paris, para seguir con sus estudios de Escultura. Conoce a Man Ray, que buscaba por entonces un asistente para su estudio de fotografía. Así comienza a trabajar para él y descubre su talento como fotógrafa. Hace su primera exposición en 1926, en la galería parisina Le Sacre du Printemps, con retratos de artistas y escritores de la vanguardia.
Gracias también a Ray encuentra su gran referente: el fotógrafo Eugène Atget, dedicado a capturar el viejo París en imágenes. Abbott visita varias veces al fotógrafo y le compra fotografías. Tras su muerte en 1927, compra unas 7.000 placas y 10.000 positivos, recuperados de su estudio.
Vuelve a Nueva York en 1929, a la búsqueda de un editor para un libro sobre la obra de Eugène Atget. Puede decirse que las fotografías de Atget tienen una considerable influencia sobre fotógrafos estadounidenses como Walker Evans o Lee Friedlander, fruto del empeño de Abbott.
Nueva York estaba viviendo, como París, un intenso proceso de transformación. Los barrios más antiguos estaban desapareciendo y dejando paso al fulgurante crecimiento de la ciudad. Abbott abandona los retratos y se dedica a realizar fotografía documental de Nueva York. Toma como referencia los clichés de París realizados por Atget y se documenta sobre la evolución de las metrópolis.
En sus fotografías de esta etapa hay ruinas y edificios que van a ser próximamente demolidos, situados junto a los rascacielos y anuncios publicitarios que son símbolos de la gran ciudad moderna, pero también de la decadencia y la pobreza. Berenice Abbott utiliza, así, el lenguaje de las imágenes de la modernidad y opta por un estilo sencillo pero dinámico, con puntos de vista en picado o contrapicado, detalles, fuertes contrastes y efectos de borde dramáticos.
Changing New York (Nueva York transformándose) es el título que Abbott da a esta crónica, que ve la luz entre 1935 y 1939, y que es publicada en un libro en 1939.
En los años 40 comienza a hacer fotografía científica y trabaja durante 20 años para la revista Science Illustrated. Trabajará hasta el final de su vida.