Una realidad tan nada trata de dar cuenta de algunas de las formas a través de las cuales Pino reflexionó sobre la práctica artística desde finales de la década de 1960, en el contexto de las neovanguardias, en lo que podría denominarse como periodo posmoderno, surgido a partir de la llegada a Estados Unidos de artistas de las primeras vanguardias.
Arte postal, sellos de caucho, piedras pintadas, diapositivas, manchas de tinta, libros troquelados, etc., son algunas de las formas con las que Pino juega (y lucha) con la finalidad de trascender la mera actividad poética, donde el lenguaje acaba irremediablemente preso de sus propias normas. A partir del uso de estos materiales busca una lógica diferente para la relación entre las imágenes y las palabras. Es esta nueva lógica, que provoca hallazgos que hacen que su obra aparezca de manera única y especial en el panorama contemporáneo, de la que da cuenta la exposición.
Una realidad tan nada trata de indagar en cómo el artista transita por estos materiales con el objetivo de generar una reflexión profunda sobre el tiempo y el lenguaje, dentro de una forma de trabajo y de vida en la que lo efímero, lo azaroso y lo inclasificable desempeñan un papel central. Si bien su obra se sitúa a medio camino entre la poesía y las artes visuales, en esta muestra se ha pretendido buscar el punto de conexión entre ambos territorios, partiendo de ese concepto de lo fugaz y transitorio de los materiales. En Pino, la realidad es algo que el poeta y el artista tratan de capturar, de aprehender, pero a la que nunca logran dar alcance. Este proyecto trata de hacer ver cómo esta obsesión recorre y vertebra su obra, fundamentalmente la experimental que crea a partir de los años sesenta.
La fugacidad del presente
Toda la obra de Pino, desde sus inicios en los años treinta del siglo XX, está atravesada por el impulso de las vanguardias, con las que tuvo contacto directo en su juventud a través de revistas como Meseta o Ddoss. No obstante, este impulso, reforzado y repensado a través de las transformaciones artísticas y sociales producidas desde mediados de la década de 1950, recobra especial importancia a finales de los años sesenta. Desde su aislamiento voluntario en su casa de Pinar de Antequera (Valladolid), aunque atento a todas esas mutaciones culturales de los años sesenta, parece percatarse de un modo radical de que el lenguaje, ese lenguaje pulcramente embellecido por la sintaxis, ese lenguaje burocratizado y dominado por la economía, ya no es capaz de representar ni de capturar eso real.
Empieza entonces a experimentar y a pensar que lo fugaz y caótico del presente solo puede ser representado a través de materiales igualmente fugaces y pobres. Y al mismo tiempo, las palabras han de saltar por los aires, cuestionando los significados impuestos desde fuera y desde las propias instituciones. Así, a partir de Textos económicos (1969), su trabajo muta constantemente en busca de nuevas maneras de describir o presentar esa realidad siempre en fuga.
Por último, no es posible obviar la pulsión mística y metafísica que atraviesa y contamina el trabajo de Pino en todos los sentidos. El vacío, lo infinito que posibilita lo finito, la nada, Dios, etc., son cuestiones de radical importancia en su trabajo, donde se cruza el experimentalismo de las neovanguardias con un denso conocimiento de la tradición poética y religiosa. Es en este límite ente lo decible y lo indecible, entre lo expresable e inexpresable, donde se sitúa la fuerza innovadora de la obra de este autor.
Con motivo de la exposición, MUSAC y Abada Editores coeditan una publicación que ofrece la primera lectura en profundidad y desde diversos ángulos del trabajo experimental de Francisco Pino y que cuenta con textos del comisario de la muestra, Alberto Santamaría; la doctora en Filosofía y profesora de la Universidad Carlos III Rosa Benéitez; y la filóloga y profesora Mela Dávila.
Sobre el título
El título de la exposición tiene como origen un verso de un poema del propio Pino: «una realidad tan nada / que tampoco / puede rozar con sus dedos / el dormido», publicado en 1990 en Distinto y Junto, recopilación en tres volúmenes de su poesía completa editada por la consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Castilla y León y con prólogo de Antonio Piedra.